viernes, 13 de febrero de 2015

Liberarse de los pensamientos inútiles

Por un lado están los pensamientos negativos, que crean pesar y vacían nuestra energía y por otro, los pensamientos inútiles, más difíciles de controlar e identificar. Los pensamientos negativos, por su propia naturaleza se pueden identificar con mayor facilidad, pero los inútiles requieren discernimiento.
 
Todo lo que ocupa nuestra mente y no nos aporta ningún logro sino que sólo sirve para desperdiciar nuestro tiempo y pensamientos es inútil. La lista es larga: pensar en el pasado, preocuparse innecesariamente por el futuro, imaginar y especular sobre las situaciones y los demás sin realmente disponer de suficiente información, pensar sobre lo que los demás hacen o dejan de hacer cuando no es de nuestra incumbencia, etc. 

Y lo sorprendente de los pensamientos inútiles es que a veces nuestra mente los presenta como atractivos y necesarios. Podemos llegar a sentir que es importante dedicar tiempo a pensar en eso, cuando en realidad es una completa pérdida de tiempo y energía.

Por ello, es esencial la práctica de la auto-observación y junto a ello, revisar con regularidad y preguntarnos: ¿Es necesario pensar en esto? ¿Me aportan algo estos pensamientos?

Para tener éxito en liberarnos de los pensamientos inútiles (así como de los negativos) necesitamos dos poderes espirituales: el poder de controlar y el poder de gobernar. A la mente se la compara con un caballo, así que desde nuestra consciencia necesitamos asir firmemente las riendas de la mente.

El poder de controlar es la capacidad de poner un freno a la expansión de la mente. Los pensamientos inútiles tienen otra particularidad: suelen ser muchos y veloces. Por tanto necesitamos un freno poderoso para poner un punto final a la expansión de lo inútil.

El poder de gobernar es la capacidad de dirigir y encauzar los pensamientos en otra dirección, una nueva dirección más beneficiosa y útil.

El método principal para dejar de desperdiciar la energía de los pensamientos es mantener todo el día, tanto como podamos, la mente ocupada. Una mente ocupada en pensamientos de conocimiento espiritual, en planes para servir a los demás y beneficiar al mundo, junto a los pensamientos prácticos y útiles de la actividad diaria, tal mente no puede ser atraída por nada más. Sencillamente, no dispone de tiempo. Una mente ociosa es fácil presa no sólo de lo inútil sino con frecuencia de lo negativo.

Ésta es una de las metas más elevadas a nivel espiritual: convertirnos en el amo de nuestra propia mente.


Expectativas (2)

Las expectativas son un importante obstáculo interno para nuestro progreso. Sean expectativas sobre los resultados de las acciones o sobre el comportamiento de las personas, siempre se manifiestan como una fuerza que nos dirige y nos controla.

Tener expectativas genera una actitud enjuiciadora, haciéndome sentir que alguien debería hacer las cosas de una manera diferente a como las hace. Deberían hacerlo de la manera que yo pienso que es correcta. Como resultado de estas expectativas hacia los demás, mi intelecto se dirige hacia la corrección y la comparación. Cuando comparo y corrijo a los demás, incluso a nivel mental, experimento agitación e intranquilidad.

Lo que necesitamos es mantener nuestra espiritualidad interna y para ello generar sentimientos de amabilidad, de comprensión y de empatía. Sólo cuando tengo estos sentimientos en mi interior puedo permanecer confortable y en verdadero bienestar. En realidad, para convivir en armonía con los demás, necesitamos soltar todas las expectativas. En términos espirituales, mi deber es aceptar a todos, tal y como son.

Si tenemos expectativas hacia alguien entonces hay un margen para que surja en algún momento el sentimiento de rechazo. Éste es un aspecto sutil. Si tengo expectativas, entonces no puedo mantener un estado estable y calmado en mi mente. Ni tampoco podré cooperar con todos.

Cuando aceptamos a los demás y somos livianos y cooperativos, entonces les encantará trabajar con nosotros. Tal persona experimentará éxito a cada paso.

Las expectativas estropean las relaciones. Un método efectivo es reemplazar las expectativas por la actitud de apreciación. La apreciación es una cualidad hermosa y extremadamente valiosa. Cuando valoramos y apreciamos la contribución de los demás, el vínculo de nuestra relación se fortalece.

lunes, 2 de febrero de 2015

Liberarse del ego (2)

Cuando en nuestra consciencia nos olvidamos de quiénes somos realmente y adoptamos la máscara falsa e ilusoria del ego, podemos observar que se manifiestan diversas señales y síntomas.

Bajo la influencia del ego, diversas emociones como el miedo, el apego y la resistencia afloran en nuestro interior. Algunos de los comportamientos típicos que indican la presencia del ego son: Criticar – Quejarse – Culpar – Desaprobar – Poseer – Envidiar – Desear – Proyectar – Competir – Controlar – Reaccionar – Juzgar – Mentir – Preocuparse – Evadirse

Un método para empezar el proceso de transformación del ego es identificar el apego y la creencia ilusoria detrás del comportamiento erróneo. Por ejemplo, si nos auto-observamos y descubrimos que respondemos de manera reactiva a alguien y adoptamos una actitud defensiva, nos podemos hacer las siguientes preguntas:

- ¿A qué tengo miedo?
- ¿A qué estoy apegado?
- ¿Qué creencia limitada estoy alimentando detrás de este comportamiento reactivo?

Por supuesto, a veces no es fácil hacer toda esta reflexión en el momento, pero cuando encontremos un tiempo personal, es importante reflexionar sobre estas preguntas y descubriremos respuestas muy interesantes. Por ejemplo, nos daremos cuenta de que hay creencias tales como: “Si acepto mi error y reconozco que ha sido mi equivocación, los demás dejarán de respetarme”. Hay apego a una imagen de mí mismo como una persona efectiva y precisa, respetada por los demás. Hay miedo a que esa imagen sea amenazada, ya que esa imagen externa es la base de mi autoestima (o una de las bases).

Este es sólo un ejemplo de una reflexión continuada que nos ayudará a comprendernos a nosotros mismos y a darnos cuenta de que es esencial practicar la consciencia espiritual. Como ser espiritual estoy libre del ego, de las dependencias y apegos, de las creencias ilusorias. Soy un ser pacífico, equilibrado y en armonía. Necesito meditar sobre estas cualidades originales del ser, de manera que pasen a formar parte de mi estado natural de consciencia.


Liberarse del ego (1)

Una definición del ego es la identificación y apego a una imagen errónea o falsa de uno mismo. Por ejemplo, si me identifico con un rol profesional y lo convierto en la base de mi autoestima, estoy cometiendo un error ya que es obvio que yo no soy el rol. 

El rol es lo que hago, pero no lo que soy. Lo que soy está siempre presente y el rol puede dejar de existir en cualquier momento. Soy un ser espiritual, lleno de cualidades y valores, con capacidad de discernir y decidir. Mis verdaderos tesoros están en el interior.

Sin embargo, debido a que nos hemos desconectado de nuestra esencia, buscamos esas cualidades en elementos externos. Queremos obtener la paz, la estabilidad y el amor desde el exterior.

La fórmula del ego siempre es: “Según lo que sucede, así me siento”. Vivir en un mundo de deseos y expectativas, bajo la ilusión de que las circunstancias me van a traer la anhelada paz y felicidad… algún día.

La fórmula espiritual y correcta es: “Yo soy responsable de crear mis sentimientos y mi estado de consciencia y a partir de ahí, trato con las situaciones de la vida”.

Para liberarnos del ego, primero tenemos que identificar claramente su presencia y dejar de alimentar las actitudes y patrones de pensamientos que surgen de esa consciencia limitada. 

Un principio sencillo es darnos cuenta de que donde hay ego, hay apego. Donde hay apego, experimentaremos alguna forma de resistencia al cambio en nuestro interior. Y donde hay resistencia, también hay miedo. Miedo a perder o tener que renunciar al objeto de nuestro apego.

Por ejemplo, si lo que tengo es apego a mi rol profesional, tendré resistencia al cambio y miedo a que otros puedan arrebatármelo o pueda perderlo. El rol se ha convertido en parte de mi identidad. 

El alma es un ser libre de identificaciones y apegos. Mi estado natural es el de paz y bienestar. Por eso es tan importante meditar y experimentar la verdadera consciencia del ser. De esta manera podremos diferenciar claramente cuándo estamos en la consciencia de nuestra verdadera esencia y cuándo estamos en la consciencia falsa y limitada del ego.