viernes, 22 de mayo de 2015

Auto-conocimiento

Es solo en el ámbito de nuestras relaciones en el que realmente nos podemos conocer a nosotros mismos. Somos un espejo cada uno para el otro. Lo que les damos a los demás a nivel de nuestros pensamientos, sentimientos y actitudes es lo que nos damos a nosotros mismos, y finalmente nos retornará a través de los demás. Nuestras relaciones son el verdadero taller práctico, el aula, el laboratorio de aprendizaje en nuestras vidas.

Relación no es simplemente interactuar con los demás, tiene que ver con la comprensión, con edificar, nutrir y cuidar. Cada interacción conlleva una lección. Tomemos una relación, observémosla, explorémosla y preguntémonos qué nos dice esta relación acerca de nosotros mismos y de nuestra vida en este momento. Deja que tus relaciones te revelen a ti mismo tu verdadero ser.

A medida que lo haces, aprenderás de manera natural qué es lo que hace que las relaciones funcionen, y qué es lo que no, como a veces es el caso! Y cuanto más te conoces a ti mismo en el espejo de tus relaciones, más fácil te será comprender a los demás.

Piensa en dos personas que sean cercanas a ti. Ahora piensa en cada relación y anota qué es lo que cada una de estas personas hace que se manifieste en ti cuando estás con ellas. ¿Qué parte de ti quieres desarrollar más en cada una de estas relaciones? Por ejemplo: humor, paciencia, humildad, etc. ¿Qué harás hoy para desarrollar estos aspectos de tu personalidad?


Auto-control y presencia

Normalmente relacionamos el auto-control con intentar forzar la mente para que no piense de cierta forma. Se percibe como algo que implica reprimir las emociones. Por supuesto, nos damos cuenta de que somos incapaces de hacer eso. Habitualmente lo que sucede es que desistimos y consideramos que el auto-control es difícil.

Auto-control significa maestría sobre mis pensamientos, sentimientos y emociones. No importa cuán grandes sean los desafíos, somos capaces de canalizar nuestros pensamientos en la dirección correcta. Nunca permitir que los pensamientos divaguen y así nunca tendremos que preocuparnos acerca de recuperar el control. Esto hace que mi mente sea tan creativa que encuentre las soluciones a los problemas más fácilmente.

Auto-control significa la habilidad de canalizar los pensamientos en la dirección correcta.

Por otro lado, cuando nos sentimos insatisfechos con la vida, hay una tendencia a mirar hacia atrás y rememorar tiempos pasados. A veces nos gustaría poder regresar a un momento en particular del tiempo. O nos preguntamos qué podría haber sucedido si hubiéramos tomado una decisión diferente. Pronto nos quedamos atrapados en pensamientos y recuerdos y así perdemos la oportunidad de aprovechar el presente.

Tenemos que darnos cuenta de que el único momento sobre el que tenemos control es el ahora, y tenemos el poder de hacer que cada momento sea valioso. La forma con la que elegimos usar nuestro tiempo ahora también tendrá un efecto sobre nuestro futuro. La única forma con la que podemos crear un futuro hermoso para nosotros mismos es utilizar de la mejor manera el momento presente.

Estar en el presente significa hacer el mejor uso de él.


jueves, 14 de mayo de 2015

Pensamientos puros y elevados

Los pensamientos puros son pensamientos del ser eterno. Tales pensamientos nos conectan siempre con el estado natural y original de paz, felicidad y pureza del alma.

En relación a los demás, los pensamientos puros nunca se basan en su personalidad externa y limitada, siempre mantendrán la visión de su naturaleza espiritual y sus cualidades. Los pensamientos puros no tendrán nunca ningún componente de rechazo, juicio, venganza o envidia. Su base será siempre la energía del amor y eso incluye empatía, comprensión, compasión y especialmente buenos deseos.

Así, cuando nuestra mente opera desde los pensamientos puros, la experiencia práctica será un sentimiento de liviandad y fluidez, es como si fluimos a través de las escenas de la vida sin dejar rastro y sin que esas escenas dejen rastro en nuestra conciencia. A este estado se le describe también como el estado angelical.

Desde una mente que está funcionando en base a pensamientos puros y elevados, la conexión con el ser supremo es natural y fácil, ya que entramos en sintonía con la misma calidad elevada de vibraciones espirituales. A través de esta conexión, el alma se llena de un caudal ilimitado de amor, paz y felicidad.

Los pensamientos puros y elevados son una protección para el ser. Hacen nuestra mente fuerte, estable y poderosa y nos protegen de las vibraciones e influencias negativas.

Así, tenemos que hacernos más conscientes del valor, el poder y la influencia de los pensamientos puros y elevados y, tanto como podamos, nutrirlos y sustentarlos en nuestra mente a lo largo del día.


Recargar la batería del alma

Existen varios factores que nos indican la carencia de poder espiritual en el ser. Son aspectos que podemos detectar mediante la auto-observación y entre ellos destacan:

• Bajo poder de concentración en la mente.
• Alta dispersión de pensamientos. La mente piensa de forma acelerada y dispersa.
• Bajo control de las tendencias y hábitos reactivos. Incluso queriendo responder a una situación de otra manera, nuestros viejos hábitos nos fuerzan a actuar en contra de nuestra voluntad.

Estos factores son claros indicadores de un bajo nivel de poder espiritual en el alma. Cuando nos damos cuenta de la importancia que tiene recargar nuestra batería interna para poder tomar control de nuestra vida, entonces nace en nosotros la determinación de esforzarnos por nuestra transformación espiritual.

Así, algunas características de un alma poderosa son:

• Alto poder de concentración. Los pensamientos son menos y más poderosos, más espaciados. Cada pensamiento tiene sentido y significado.
• La mente funciona desde la serenidad. Entre pensamiento y pensamiento experimentamos el poder del silencio.
• El alma puede controlar los viejos hábitos mediante su fuerza de voluntad.

Con claridad y discernimiento, el alma no permite que una tendencia reactiva le fuerce a cometer errores a través de los órganos de los sentidos.
En el mundo físico, todo sistema tiende al desorden y el caos debido a la ley de la entropía. Sólo se puede restablecer el orden en el sistema cuando interviene una fuente de energía exterior al mismo. Del mismo modo, en el mundo interior del alma, cuando experimentamos debilidad y falta de poder espiritual significa que también hemos llegado a un alto nivel de entropía.

Por ello es esencial dedicar tiempo de calidad para meditar y experimentar el silencio y concentración de la mente. Y una mente más silenciosa puede abrirse a la experiencia de conectar con la fuente eterna de luz y poder espiritual, el ser supremo y a través de esta conexión sutil restablecer el orden y el control en nuestro mundo interior.