domingo, 10 de enero de 2021

La verdadera amistad


Es probable que la amistad sea la más valiosa de todas las relaciones, puesto que un amigo lo es por nuestra propia voluntad.

Amistad es que dos iguales se junten; incluso si poseen diferentes habilidades o posiciones, o desempeñan diferentes papeles. Existe una visión de igualdad que no permite ningún sentimiento ya sea de superioridad o inferioridad. Esta igualdad de visión permite una mutua y completa aceptación. Ya que la visión es ilimitada, siempre es la verdadera bondad del otro la que delimita su realidad. Las debilidades se consideran algo ajeno que, a su debido momento, se alejarán.

Con un amigo uno no tiene que probar nada ya que él nos ama y acepta por lo que somos, y lo que somos es suficiente. No hay necesidad de ningún logro especial; todo lo que el amigo pide es que seamos auténticos. Un amigo, lo es para siempre, en buenos o malos momentos.

Los amigos siempre sienten una mutua y profunda cercanía, incluso si físicamente están separados. Su mutua empatía es la base de su comunicación; algo más que hablar, la habilidad de escuchar los sentimientos de la otra persona, de sintonizar con el otro ser, una comunicación verdadera que permite la interacción más pura ya que es como un espejo de claridad en el que nada puede permanecer oscuro.

Cada palabra confidencial confiada a un amigo es sagrada y está sellada para los ojos u oídos de otros. La confianza es una alianza entre dos corazones que nunca puede romperse o traicionarse; disipa todo temor de ser maltratado o abandonado.

La verdadera amistad implica respeto y cooperación. Una verdadera amistad, en especial la de Dios, es una bendición para la eternidad.

Extracto del libro:  
El punto Alfa  
Una mirada a Dios  
Ed. Brahma Kumaris  

Anthoy Strano 

La verdad oculta que yace dentro


Un niño puede ser feliz sin ninguna razón en particular. Con el tiempo, sin embargo, la felicidad se torna dependiente de la satisfacción de nuestros deseos. Olvidamos el amor que es intrínseco al alma y comenzamos a buscar en el exterior. Finalmente, nuestra capacidad de experimentar paz, felicidad y amor, se rinde a la estabilidad de las circunstancias y relaciones externas.

Cuando nacemos, nuestro estado de ánimo es lo que podría referirse como  conciencia del alma, es inocente y a la vez ignorante del mundo. Con el tiempo, el alma va engañándose a medida que desarrolla lo que puede denominarse como conciencia del cuerpo, además del ego. Cuando esto sucede, nos hacemos dependientes de la salud, la riqueza, la posición social y las relaciones, a fin de sentirnos amados, valorados y seguros. Dado que esto va cambiando y está sujeto a fluctuaciones, entonces también nuestra paz, felicidad y alegría se someten a un constante estado de amenaza.

A fin de detener la inseguridad, desarrollamos atributos negativos, tales como la codicia, el sentido de la posesión, y el enojo, los cuales, o nos sustentan o nos hacen sentir más controladores de nuestro mundo. Sin embargo, cuando nos fallan y perdemos el control de nuestras circunstancias, podemos volvernos ansiosos, nerviosos, desesperados o deprimidos. Todo esto representa la conciencia corporal, que es como un velo que tapa la verdadera identidad original del alma.

No obstante, la paz, el amor y la pureza, la franqueza, confianza e inocencia de nuestra naturaleza original (nuestra conciencia del alma), no se han perdido. Es la verdad oculta que yace dentro.

Extracto del libro:
Misión de amor
Viaje espiritual de un médico
Ed. Kier

Roger Cole 

Bajo la luz de Dios


En el interior del silencio me encuentro y encuentro a Dios; es mi compañero en la transformación. En el silencio recibo fortaleza de Él y eso me inspira a avanzar. Si conservo la valentía de hacer nuevos movimientos en mi vida, Su respuesta es ilimitada. En la India se dice ‘Cuando doy un paso de valentía, Dios da mil pasos hacia mí’.

La fe de Dios en mí me permite recuperar la propia fe. Cuando me veo a través de Sus ojos, veo mi futuro muy brillante, mi presente como la oportunidad más valiosa y mi pasado como mi mayor aprendizaje. Desde el punto de vista de la eternidad todo es como debería ser. No hay lamentaciones, solo la inspiración para cambiar a mejor, mi potencial es ilimitado.

Que alguien crea en mí de este modo me hace sentir plenitud y, también, un gran agradecimiento porque estos sentimientos puros puedan provenir de otro ser hacia mí.

Este abrazo desinteresado nos otorga el poder de comprender al ser y, sobre todo, a los demás. Entonces ya no vemos las debilidades. Nos parece que cualquier defecto puede curarse y que cualquier obstáculo es simplemente un peldaño más de la escalera.

Todo es un juego. En cuanto conocemos un poco las normas básicas, cualquiera de nosotros puede ganar. No hace falta tener un título, un estatus social concreto, una nacionalidad o una religión; basta con tener un corazón honesto que florezca bajo la luz de Dios.

Extracto del libro: 
Sentirse en plenitud 
Reflexiones para mejorar tu vida 
Ed. Brahma Kumaris 

Dadi Janki 

Encontrar el eslabón perdido


¿Estás feliz?... ¿Somos felices?...

¿Somos tan felices como deseamos?...

La respuesta honesta es ‘no’.

Qué raro,... ¿verdad?

La raíz de todos los problemas está dentro de la mente humana. La sabiduría   sobre el ser interior y el mundo interior es el eslabón perdido.

La esencia del Raja Yoga dice que la salud, felicidad y abundancia es el estado natural de cada uno. Cuando tu conciencia, tu visión, tu actitud, tus pensamientos y tus acciones están en sintonía con las leyes eternas; entonces, la paz, la compasión y la alegría serán tus vivencias naturales.

La humanidad se ha alejado de este estado natural más elevado, perdiendo la conciencia y la sabiduría espiritual. Como consecuencia de esta pérdida, vienen inseguridades, dependencias y una falta de sentido y propósito de vida. Esto se podría llamar: La enfermedad del alma.

Pero no necesitas aceptar estas emociones y situaciones desagradables, como algo normal de la vida. Son señales de que necesitas ajustar tu modelo de vida. Son indicaciones de que tu perspectiva y tu actitud frente a situaciones cotidianas, tienen que cambiar.

El propósito de la meditación es retornar a tu estado de conciencia original, lo que significa comprender y experimentar tu personalidad espiritual. La meditación genera este cambio de conciencia, ampliando tu perspectiva. La meditación también profundiza tu comprensión de la vida y de las leyes más sutiles que gobiernan la calidad de tus pensamientos, sentimientos y acciones.

Disfruta este viaje de experiencia, sumérgete en la profunda sabiduría, alegría y paz que te proporciona la meditación.

Extracto del libro:
Vivenciar la Meditación
Para alcanzar profunda sabiduría, alegría y paz
Ed. Brahma Kumaris

Rona Schweitz 

Aquí y ahora


 El pasado es una carga sobre el ser y el futuro crea aprensión siempre que no se está aprovechando por completo el momento presente. Imagina conseguir apreciar el valor verdadero de alguien o de una situación sin prejuicios de por medio, sin la sombra del pasado o de lo que aún está por llegar.

Cada momento es tan nuevo y bonito que no merece la pena que nos condicionen los momentos que se han ido o los que aún están por llegar.

Si mi atención está atontada por los acontecimientos de ayer y sujeta a la aprensión sobre lo que puede ocurrir mañana, no podré apreciar la belleza del presente.

Agradezco al pasado haberme traído aquí y ahora, por haberme enseñado tantas cosas.

Agradezco el futuro lleno de nuevas oportunidades y desafíos, pero me quedo en la paz del presente para sentir el pulso de la vida dentro y fuera de mí. 

Extracto del libro:
Serenidad
Reflexiones para enriquecer tu vida
Ed. Brahma Kumaris
Brahma Kumaris

Cómo vivo mi vida


Si mi visión y mis pensamientos están atrapados dentro de los oscuros muros de la conciencia corporal, no puedo conocer las experiencias más bellas de alegría. Puedo expresar alegría, pero ¿se traducen realmente mis creencias en mis acciones? ¿Vivo la vida de acuerdo con las enseñanzas que sigo, ya sea el cristianismo, el hinduismo, el islamismo, el budismo, el judaísmo o cualquier otra doctrina? ¿Manifiesto espiritualidad en mi trato con los demás?

La espiritualidad no significa sentarse en una iglesia o en un templo 24 horas al día. La espiritualidad significa vivir con la conciencia de que yo, el alma, soy un ser espiritual, hijo de Dios, y que todas las almas son mis hermanas y hermanos.

Espiritualidad significa una vida de valores basados en la verdad, no en la adquisición de objetos; una vida en la que pueda aprender y apreciar la importancia de desarrollar buenas cualidades en mi propio ser, virtudes divinas tales como la tolerancia, la cooperación, el amor, etc.; una vida en la que pueda comunicarme y relacionarme con los demás con una sonrisa en los ojos y felicidad en las palabras; una vida en la que mi propósito es aprovechar al máximo la vida que vivo y ser sincero conmigo mismo, sincero con Dios y leal con los demás.

Extracto del libro:
Serenidad
Reflexiones para enriquecer tu vida
Ed. Brahma Kumaris

Brahma Kumaris 

El arte de volar


La comprensión del yo y representar tu papel como un observador proporciona mucha felicidad y alegría. Nunca hay confusión ni perplejidad, solo hay felicidad y relaciones fáciles y armoniosas.

En realidad, la felicidad no se puede explicar. La verdadera felicidad interior se revela en forma de brillo en la cara y en las facciones, en el caminar y moverse, en la manera de relacionarse con los demás.

Las personas que conocen esta felicidad interior están radiantes y son auténticas. Se saben con tanta suerte que lo único que desean es que todo el mundo sea feliz, como ellos. Tienen el sonido en su interior, ¡que todos vivan en felicidad!

Con las vibraciones de los pensamientos de felicidad, estando en felicidad se puede enseñar a otros el arte de volar.

Extracto del libro:  
De dins a fora.  
Viure, aprendre i estimar millor  

Ed. Brahma Kumaris 

Lo que experimento es mi elección


Lo que experimento ante un proceso doloroso siempre es elección mía. Puedo esconder la cabeza bajo el ala y hacer como si no pasase nada; puedo ahogarme en autocompasión, o en rabia y angustia; puedo enfrentarme al futuro con miedo.

O, puedo decir “sí” a mi enfermedad, a mi dolor, a mis emociones, a mi confusión y a la reacción de los demás y utilizar todo ello como una oportunidad para crecer interiormente, algo que aumente mi capacidad de aceptación, paz y sabiduría; puedo soltar y avanzar.

Si aprendo a experimentar el ser interior y mis cualidades como algo independiente de mi cuerpo, estado de salud y de mis relaciones, entro en contacto con mi fuerza interior y mi capacidad para resolver y aceptar los cambios.

Y, al empezar a comprender que soy una persona digna, con independencia de mi estado corporal y del resto de mis circunstancias, empiezo a desarrollar la fe en el resultado final de la propia vida.

El proceso de soltar puede ayudarme a avanzar hacia un reconocimiento de lo que he conseguido en la vida, de mis momentos felices y de las preciosas ocasiones de que he disfrutado al compartir, y de las que todavía dispongo. Puedo empezar a “vivir” de nuevo, todos los días sin excepción.

Extracto del libro:  
Avanzar  
Senderos hacia el crecimiento personal  
Ed. Brahma Kumaris  

Margaret Pinkerton 

Nungún acto sincero es inútil


Tomar decisiones implica no tener nunca miedo de asumir responsabilidades a la hora de tomar una decisión. Se dice que quien duda está perdido. Cuando nos acechan las dudas, nos falta el valor necesario para decidir y actuar.

La falta de compromiso, la dependencia de los demás para regular nuestro ánimo, la influencia que pueden tener en nosotros las opiniones externas, bloquean el poder que da la toma de decisiones.

La decisión y la acción exigen no sólo sentido de la responsabilidad y claridad, sino también de valentía. La vacilación, la pasividad y la duda camuflan el miedo y tienden a permanecer en la mente aun después de haber tomado una decisión clara. El valor es el antídoto más potente que existe.

Si después de tomar una decisión y actuar en consecuencia, el resultado no es el esperado, no te preocupes, averigua cómo hacerlo mejor la próxima vez. Ningún acto sincero es jamás inútil: Rompe la base de los malos hábitos y empieza a retar a los tiranos que han gobernado las acciones del pasado. Se han plantado las semillas y ahora solo queda esperar con paciencia a que broten la flor y el fruto.

El origen sincero de la motivación y la firmeza de las decisiones generan la confianza interior en la llegada del éxito; lo demás es simplemente cuestión de tiempo.

Extracto del libro:
La búsqueda del bienestar.
Utiliza tus ocho poderes

Ed. Brahma Kumaris 

Crear nuestro modo de ser


Si logra ver el valor y vislumbrar los beneficios que le depara hacer un pequeño trabajo dentro de su yo, estar más autoconsciente, recuperar su poder personal, aprender cómo no ser una víctima, entonces, otro será el resultado que obtenga en este mundo, primero con la experiencia de su propia vida y luego, con la de los demás. No hay nada más cierto que, cuando cambiamos un pequeño hábito, alguien en nuestra vida lo notará, y en ese momento, también habrá cambiado.

Si está preparado para hacer algún “trabajo interior”, recuperar su poder espiritual y comenzar a irradiar en el mundo las energías sutiles del amor y la paz que ya se encuentran en el centro de su corazón, entonces, usted cambiará al mundo. Es probable que no sepa con exactitud qué es lo que ha modificado, pero sabrá que, de alguna manera, ha sido un instrumento.

Y, ¿qué podemos hacer para empezar? El término “hacer” no es totalmente exacto, porque los orígenes de todo lo que hacemos pueden hallarse en el interior de nuestra conciencia, dentro de nuestra mente e intelecto. A esto se lo conoce como el modo de “ser”. Somos seres humanos, no hacedores humanos, y todo cuanto hacemos surge de nuestro modo de ser.

Por lo tanto, ser es la primera acción. De ahí que esta estrategia del cambio personal se dirige, en verdad, hacia el hecho de volver a despertar nuestra capacidad de elegir y crear nuestro modo de ser.

Extracto del libro:
7 estrategias para liberarse del estrés.
El factor ¡Ajá!
Ed. Kier

Mike George