jueves, 26 de noviembre de 2015

Prestar atención a las intenciones

Un cambio personal positivo se inicia en nuestra conciencia. Responsabilizarse personalmente de los pensamientos, palabras y acciones es tomar el control del volante y poner el proceso de cambios en movimiento. De esta manera conduciremos nuestros pensamientos hacia la dirección precisa y valiosa; frenaremos las palabras hirientes antes de emitirlas; sabremos cuándo “hacernos a un lado” para evitar “chocar” con otro; y mantendremos el motor en funcionamiento de forma consistente para que la batería se mantenga cargada mediante acciones puras, realizadas sin esperar nada a cambio. Cuando prestamos atención a las motivaciones y a las intenciones, el motor funciona sin problemas y recorremos un mayor kilometraje en términos de progreso y resultados.

Es necesario hacer un examen rutinario. Las diferencias entre las intenciones positivas y las negativas son sutiles y a veces difíciles de detectar. La costumbre de ver y hablar sobre los defectos de los demás, por ejemplo, a veces es consciente y a veces no lo es.
De hecho, el hábito puede estar tan arraigado que ni siquiera advirtamos que estamos teniendo pensamientos inútiles sobre las debilidades de los demás. A menudo, tales pensamientos son las semillas de los chismes. Estos tienen un efecto directo o indirecto no sólo en la persona de la cual se habla, sino también en los chismosos. Aunque esta conducta se pueda defender como inocente, las huellas dejadas por las intenciones negativas se vuelven más profundas y deterioran el ambiente.

Otras formas de intenciones negativas incluyen el demostrar que uno tiene razón reprimiendo a los demás; manipularlos, aunque sea sutilmente; esperar el respeto de los demás sin respetar o depender de otros debido a la propia imperfección o inseguridad interna.

Aun cuando algunas de estas motivaciones pueden ser claramente evidentes para uno y para los demás, otras intenciones pueden estar ocultas incluso para uno mismo y requieren de un examen profundo para detectarlas, entenderlas y cambiarlas.

Las intenciones positivas, por otro lado, se pueden reconocer cuando, de forma natural y espontánea, respetamos y beneficiamos a los demás; apreciamos la originalidad y las cualidades de todos y les damos la libertad de ser ellos mismos. Incluso cuando debamos decir palabras que puedan percibirse como una medicina amarga, como opinar sobre una conducta inapropiada o sobre algo que pueda afectar la vida de alguien, las palabras se pronuncian directa y honestamente, con humildad y con consideración hacia la sensibilidad del otro.
Cuando se trata con dignidad y respeto al receptor de la opinión, se le escucha con empatía y se le implica en las decisiones sobre los cambios, el diálogo se puede experimentar como algo positivo, que abre las puertas a la oportunidad y da a esa persona la experiencia del logro. Las intenciones positivas fortalecen al instrumento o al emisor de esta información para que permanezca “limpio” y “directo”, incluso cuando da un mensaje delicado.


Apreciación

En general, es más fácil darnos cuenta de nuestras carencias que apreciar lo que tenemos. Siempre que surgen situaciones adversas en nuestro camino, tendemos a enfocarnos sólo en lo que nos falta. Cuando tenemos esta actitud, somos incapaces de hacer ningún esfuerzo para cambiar la situación. Entonces tendemos a culpar a los demás o a poner excusas.

Por otro lado, tendemos a valorarnos a través de nuestros logros y de la consideración y apreciación que recibimos de los demás. Esto hace que nuestro sentimiento de valía dependa del exterior. Puesto que todo lo que viene del exterior no siempre es estable, nuestra mente y pensamientos fluctúan de acuerdo a ello. A veces estamos felices y a veces no.

Cuando somos capaces de apreciar nuestro propio valor inherente, entonces podemos usar de la mejor manera nuestras habilidades y talentos. Nos daremos cuenta de cuan capaces somos, y no necesitaremos más el reconocimiento de otros para sentirnos bien acerca de nosotros mismos.

Como práctica para experimentar, podemos percibir hoy cada reto o adversidad como una oportunidad para desarrollar nuestras habilidades y descubrir nuestros recursos escondidos. Cuanto más hagamos esto, más progreso experimentaremos.


sábado, 7 de noviembre de 2015

Saber soltar

Sentimos pesar cuando nos agarramos a las situaciones o nos involucramos excesivamente en las mismas. Nos olvidamos de que estas situaciones son externas a nosotros. Todo lo que se necesita es saber soltar y desprendernos de ellas. Una vez conseguimos esto, recuperamos la felicidad y la paz y podemos volver a sonreír. Cuán a menudo hemos vuelto la vista atrás en relación a algún problema previo y nos hemos sorprendido de cómo nos dejamos afectar tanto innecesariamente.

El arte de vivir desde el interior hacia el exterior es tal que no sólo nos capacita a desprendernos de aquello que está fuera, sino que nos desarrolla tal fortaleza que nos protege e impide que nos atrapemos en nada.

Cuando sabemos soltar todas las cosas externas a nosotros y nos liberamos, empezamos a sentir un estado de estabilidad lleno de tal felicidad que no importa lo que suceda, no lo podemos perder. La felicidad contiene los poderes de la paz y del amor. Cuando hay paz y felicidad sentimos que tenemos auto-respeto y que somos fuertes, que no somos una persona fácilmente alterable y de estado de ánimo cambiante.

Necesitamos poner atención a la calidad de pensamientos que permitimos en la mente. Esto es sensatez. Después de todo, es nuestra mente. Los pensamientos deberían ser puros, elevados y determinados. Entonces, simplemente observemos los resultados: experimentaremos paz de la mente.

Preguntemos a nuestro corazón: ¿Tengo pensamientos puros y sentimientos positivos hacia todos incluyéndome a mí mismo/a? ¿Presto atención a esto, convirtiéndolo en mi prioridad a medida que me muevo por la vida? Tales sentimientos crean una energía que automáticamente fluye hacia el exterior, protegiéndonos de las influencias negativas.


Honestidad y sinceridad

Sinceridad no significa simplemente hablar con franqueza. Significa conocer claramente lo que sucede dentro de ti.

Tal claridad se refleja en tus palabras, que tendrán el poder de la verdad, y surgirán con facilidad y sin vacilaciones. La sinceridad genuina cultivada dentro de ti es lo que les llegará a los demás y les influirá.

Si los demás te influyen fácilmente a ti, tu capacidad de ser sincero se reduce. Los demás no podrán recibir de ti ese sentimiento de verdad, y en tus relaciones no habrá un sentimiento de amor. Parecerán superficiales. Aunque el amor superficial es mejor que la carencia de amor ya que por lo menos asegura que no te vuelves totalmente frío, es obvio que no es el auténtico.

Se necesita mucho coraje para ser honesto. Una de las cualidades más nobles de una persona es la capacidad de decir: «Lo siento. Estaba equivocado y tú tenías razón». Lo que importa no es tener razón, esgrimir argumentos contundentes o lograr que acepten mis ideas. Lo que importa es ser capaz de reconocer mis errores, hacerme responsable de ellos, aprender la lección y seguir adelante con mayor grado de madurez.

La honestidad espiritual significa: “sé fiel a tu propio ser”. Es uno de los pilares de la grandeza, ya que permite experimentar el amor de Dios, y el sentimiento de que Dios y yo estamos muy cerca. Hay un gran poder en esta experiencia. Por desgracia, en lugar de disfrutar de tal grandeza de una forma natural, la mayoría de las personas renuncian a esta oportunidad poniendo excusas. Las excusas también son una forma de la falsedad.

Donde hay sinceridad y honestidad, los sentimientos se vuelven puros y limpios.


 

lunes, 26 de octubre de 2015

La felicidad, un signo de sabiduría

Experimentar tristeza no es un signo de sabiduría. Cuando sentimos tristeza por algo, tenemos que entender que hay algo que nos falta por comprender. ¿Por qué deberíamos sentir tristeza? ¿Nos ayuda a nosotros o a los demás?

Interiormente, las personas se crean muchas situaciones difíciles para sí mismas. La arrogancia, por ejemplo, hace que sintamos que nos faltan al respeto y nos causa tristeza y malestar. La arrogancia nos genera un deseo de recibir consideración y respeto y cuando no los recibimos, lo interpretamos como un insulto. “Mira, hago tanto por ellos y así es como me lo pagan”. Si damos desde el corazón y no tenemos arrogancia, entonces no lo sentiremos así.

Si tenemos buenas virtudes y nuestras acciones son buenas, nuestro destino también será bueno.

Pero sentirse triste o infeliz por algo, incluso estar de mal humor, es como poner una gota de veneno en un frasco de néctar. Lo estropea. No sólo se lleva la paz, sino que conlleva infelicidad. ¡No es para eso para lo que estamos aquí! Lo bueno es que rápidamente podamos crear una atmósfera de gran felicidad y alegría a nuestro alrededor.

Las personas sienten tristeza cuando se agarran o se resisten a las situaciones. Olvidan que estas situaciones son externas a ellos mismos. Todo lo que necesitan es soltar. Cuando lo consigan, serán felices, se sentirán en paz y volverán a sonreír. ¡Cuantas veces hemos mirado atrás en relación con un problema ya vivido y ha sido entonces cuándo nos hemos preguntado para qué tanto lío!

El arte de vivir de dentro hacia fuera no sólo nos permite soltar cuanto existe fuera de nosotros, sino que nos da la fuerza necesaria para evitar que nos atrape.

Cuando te sueltes de las cosas externas a ti, y llegues a ser libre, empezarás a sentirte en un estado de estabilidad, lleno de una felicidad que es independientemente de lo que suceda. La felicidad tiene los poderes de la paz y del amor fundidos en ella. Cuando hay paz y amor, sientes plenitud, te respetas a ti mismo y sientes gran fortaleza.


Mantener un estado estable y constante

Para crear un estado estable y constante a lo largo del día entero, es decir, libre de cualquier trastorno de pensamientos de desperdicio tales como: “¿Por qué éste hace o dice eso?” o bien “Esto no debería ser así, debería ser de esta forma”, necesitamos posicionarnos en una conciencia elevada a través del poder de los pensamientos puros. Hay tres conciencias elevadas que si las experimentamos en la primera meditación de la mañana, antes de empezar cualquier actividad, nos permitirán conseguir éxito a cada paso.

1) Conectar con la conciencia del alma y liberar esta corriente de paz que nos eleva: “Soy un alma y mi naturaleza eterna es la paz”. Piensa: Soy un ser espiritual, un alma hermosa llena con el poder de la paz.
Visualiza tu ser espiritual como un punto de energía brillante irradiando paz y armonía desde tu interior. Puedes observar que internamente te sientes más fuerte, más vivo, más concentrado.

2) Ahora lleva tu atención hacia el Ser Supremo. Visualízale como una hermosa y resplandeciente estrella espiritual. Desde el mundo del silencio, Dios te está llamando hacia Su Hogar, tu Hogar. Permaneces frente a Dios como si estuvieras frente a las orillas del océano. Las olas de la paz de Dios alcanzan tu mente, llenándola, llenando tu ser completamente. Eres sustentado, nutrido y fortalecido por la paz de Dios.
Esta conciencia nos da una visión de igualdad: todos somos almas, hijos de un Padre Espiritual, aunque el traje del cuerpo sea diferente y peculiar para cada uno.

3) Cualquier cosa que suceda pon un punto y final en ese momento. Es importante saber extraer el beneficio de cada escena para nuestro progreso en la vida. Genera la conciencia elevada de que los problemas y los obstáculos que se nos presentan diariamente son nuestros mejores profesores. Si aprendemos a afrontarlos con valentía y determinación eso nos hará crecer y madurar internamente. Simplemente tenemos que seguir observando la obra (la vida) como un observador desapegado. El arte de ser un observador nos capacita a relacionarnos con la vida de una manera muy equilibrada.

Estas tres conciencias fácilmente terminarán la fuerza del flujo de los pensamientos de desperdicio y nos harán poderosos. Estarás tan pacífico que los eventos externos y las circunstancias que te rodean no perturbarán tu paz.


sábado, 17 de octubre de 2015

Resolver los conflictos mediante la paz

El conflicto nace principalmente porque no tenemos una relación muy saludable con nosotros mismos y solemos proyectar nuestra lucha interna en los demás. Los conflictos están arraigados en nuestra mentalidad.
Somos la causa y la solución a nuestros problemas. La paz exterior depende de que cada uno consiga un mínimo de paz interior. Lo único que tenemos que hacer es permitir que fluya.
Algunos consejos prácticos para permitir que nuestra paz fluya en cada situación:

• Hay dos maneras de afrontar la turbulencia: en la superficie o en la profundidad. Permítete enfocarte en esas cualidades internas que no cambian con las circunstancias y podrás mantener estabilidad y esto a la vez te ayudará a tener más perspectiva y tomar decisiones más inteligentes ante los mismos hechos y personas.

• La gran lección es tener respeto por uno mismo. Vivimos en un mundo dónde nos tiran sal por todos lados y he de comprender que si nos duele es debido a mis heridas que están abiertas. El problema no es la sal, sino las heridas. Es necesario mirarnos hacia dentro para poder entender por qué tal situación nos hace reaccionar en lugar de culpar a los demás por mis heridas.

• La propia situación, la gente que influye en la situación, y yo son 3 variables que nos hacen danzar en pensamientos, sentimientos y acciones. Es importante darme cuenta que lo único que puedo manejar es mi actitud. Dejemos de emplear nuestra energía en intentar cambiar a los demás, son expectativas irreales que nos acaban frustrando y nos hacen perder la paz.

• En una discusión no se trata tanto de lo que se dice, sino de lo que se comunica. Imagínate un punto en la frente de tu interlocutor y que ese punto es luz y amor. Esta práctica te ayudará mucho a neutralizar tu hostilidad hacia el interlocutor y avanzaréis juntos hacia el acuerdo.

• Es esencial hacer pausas para el silencio y la reflexión a fin de permitir que nuestra intuición trabaje. Es la intuición la que encuentra caminos donde la razón se pierde y descubrirás las causas profundas y ocultas del conflicto.


Tomar decisiones

Muchas tareas requieren la cooperación de los demás y se vuelve necesario abrirse a las ideas de otros. ¿Qué sucede cuando sus ideas no nos parecen adecuadas?

Necesitamos escuchar las ideas de todos con profundo respeto, especialmente cuando tenemos que tomar alguna decisión delicada. Tenemos que escuchar a los demás y nunca reaccionar en desacuerdo de forma instantánea y cortarles. Ni siquiera nuestra cara debería mostrar que no estamos de acuerdo.

Para generar cooperación es esencial escuchar y dar respeto. Esto no significa necesariamente estar de acuerdo con las ideas de otros, pero sí darles el debido respeto a la vez que permanecemos abiertos y flexibles.

A fin de tomar la decisión correcta, necesitamos hacer que nuestro intelecto se haga muy profundo y sutil, y muy amplio a la vez. Para que nuestro intelecto se haga así, necesitamos el frescor y el oxígeno del silencio.

Cuando inculcamos en nosotros el hábito de ir al silencio y vaciar la mente e intelecto del exceso de pensamientos, entonces veremos cómo surgen respuestas nuevas y creativas, que ni siquiera se nos habían ocurrido antes y que proceden de un espacio interno de sabiduría innata. Entonces tomaremos decisiones precisas desde nuestra sabiduría espiritual.


martes, 8 de septiembre de 2015

El poder de las palabras

Las palabras pueden tener un gran impacto y efecto en los demás. Detrás de las palabras hay una intención, una motivación y una energía. Todos estos aspectos parten de nuestra consciencia.

Por ejemplo, si detrás de las palabras está la energía de la ira y la frustración, no importa cuánto trate de elegir palabras moderadas o suaves, que camuflen la emoción y la energía, la vibración detrás de las palabras revelará lo que estoy sintiendo.

Así que las palabras son un instrumento maravilloso para comunicar y expresar, sin embargo, tengo que cuidar la energía y sentimientos desde los que surgen esas palabras.

Si cada palabra tiene buenos deseos e intenciones que surgen de la consciencia espiritual, entonces tales palabras benefician nuestro estado interno. Si las palabras tienen el mínimo porcentaje de celos, criticismo o desagrado, experimentamos una pérdida a través de ellas. Si las palabras no tienen ninguna esencia, van a la cuenta del desperdicio.

El método es crear un estado de consciencia en el que nos llenemos internamente de paz, de armonía, de serenidad. Las palabras servirán a los demás cuando sean palabras que inspiran, que motivan, que alientan, que animan, que valoran y aprecian. Tales palabras serán siempre un bálsamo para los demás, nutrirán y fortalecerán las relaciones, llenándolas de confianza y cercanía.


Aspectos del silencio

Cuando usamos la palabra “silencio”, nos referimos a ir hacia el interior. Para experimentar la paz interior necesitamos experimentar silencio. Hemos desarrollado el hábito de hablar: mientras intentamos ir al silencio, nuestras mentes continúan hablándonos. Pensamientos impregnados de preocupaciones, desperdicio y temas innecesarios influencian en nuestra habilidad de experimentar silencio interior.

Necesitamos comprendernos a nosotros mismos con honestidad y amor, entonces podemos experimentar silencio.

Para conseguir la experiencia del silencio me he de regalar tiempo de calidad.

Los inventos de la ciencia han surgido del poder del silencio.
La ciencia, sin embargo, no trae paz interior.

Es esencial ir al silencio para poder liberarnos de la preocupación.
El pesar, el miedo y las dudas nos arrebatan nuestra habilidad de experimentar coraje y confianza.

Para poder experimentar paz interior necesitamos poder.
El entendimiento nos proporciona este poder. No un entendimiento intelectual, sino el que proviene de la profunda comprensión de quiénes somos.

El deseo profundo de ir al silencio será el catalizador de la experiencia.


sábado, 15 de agosto de 2015

Poder del silencio

Para cada situación de la vida, podemos encontrar una solución precisa si desarrollamos la práctica de permanecer en introspección y experimentar el poder del silencio.

En general, siempre que alguien crea un invento nuevo y potente, lo hace en secreto, lejos del bullicio y la extroversión.

Siempre que dispongamos de tiempo, mientras llevamos a cabo nuestras responsabilidades o mientras escuchamos o compartimos, podemos practicar el entrar en el silencio, en la conciencia desapegada del cuerpo físico y del mundo físico.

El estado interno poderoso que se genera con esta práctica nos capacitará a encontrar una solución para cada problema o situación. A la vez, a medida que dominamos esta práctica, seremos capaces de dar a los demás la experiencia de paz y poder espirituales.

Para conseguir esta experiencia, un método práctico es concentrar desde nuestro interior toda la atención en un punto, considerando que ese punto es la forma de nuestra esencia espiritual. Y, a continuación, abrirnos a la experiencia de paz y silencio que emana de forma natural desde el punto, la consciencia, el ser.

Dedicando tiempo cada día a esta práctica, desarrollaremos una atracción natural hacia el silencio interior, hacia esa conexión con la fragante esencia de nuestro ser espiritual. Desde ahí nos abriremos a un nuevo mundo de percepciones sutiles y profundas, que nos permitirán comprender y discernir qué respuesta hemos de dar ante las situaciones prácticas de nuestras vidas.


Nuevas perspectivas del tiempo

El concepto del tiempo lineal, es decir, con un inicio definido y un final, no es una idea universalmente aceptada. Muchas personas, especialmente en Oriente, creen que el tiempo es cíclico, es decir, que tiene su propio ritmo natural de repetición de expansión y contracción, crecimiento y decadencia. Existe una considerable evidencia, especialmente en el mundo de la naturaleza, que apoya esta perspectiva. Por ejemplo, el ciclo de las cuatro estaciones (primavera, verano, otoño e invierno), del agua, del día y la noche y las mareas.

En algunas tradiciones orientales hay un entendimiento de que la historia y geografía del mundo se puede interpretar en términos de cuatro edades o estados, denominados edades de oro, de plata, de cobre y de hierro. La ‘edad de oro’ representa un período en el que las almas en la tierra son completamente puras, pacíficas y positivas, viven en completa armonía y el mundo está lleno de belleza y abundancia. Después se produce un declive gradual, a medida que pasan las otras edades y se alcanza la ‘edad de hierro’, que refleja el estado final degradado tanto de las almas como de la naturaleza, cuando las energías físicas y espirituales están en su nivel más bajo.

Entre el final de la ‘edad de hierro’ y el principio de la ‘edad de oro’ existe un estado transicional, conocido como la ‘edad de la confluencia’. En este período, los seres humanos reconectan con su identidad espiritual verdadera y se involucran en retornar a su estado original de energía pura con la ayuda del Ser Supremo. Debido a que el mundo físico externo es un reflejo del estado de nuestro mundo espiritual interior, este cambio de consciencia y los cambios que a su vez se generan en el carácter y comportamiento de las almas, propician el inicio de una nueva edad de oro.

La perspectiva cíclica de entender el tiempo, la naturaleza y nuestra propia historia puede ser controvertida pero es a la vez fortalecedora y tranquilizadora, comparada con el modelo lineal, que no ofrece ninguna luz al final del túnel.


jueves, 23 de julio de 2015

El poder de los pensamientos puros y elevados

El tesoro más elevado es el de los pensamientos. Los pensamientos elevados son la base de una vida espiritual. El tesoro de los pensamientos es muy poderoso. Con los pensamientos podemos ir a la experiencia del silencio en un segundo. Podemos ir con nuestra mente a donde deseemos.

Estemos sentados o realizando acciones, con el tesoro del poder de los pensamientos podemos experimentar cercanía hacia las personas en las que estemos pensando. Cualquier estado que deseemos adoptar, sea elevado, sea de felicidad o sea de confusión o de debilidad, es fruto de nuestros pensamientos.

Con el pensamiento de un segundo “soy un alma pacífica”, podremos conectar con una experiencia positiva de paz. En el momento en que tenemos el pensamiento “soy un alma débil, no tengo fortaleza”, entonces en un segundo la felicidad desaparece. Experimentamos angustia en nuestro estado interno. Sin embargo la base de ambos estados son los pensamientos.

Al comprender la vital importancia de la calidad de nuestros pensamientos, nos damos cuenta de la necesidad de evitar o transformar los pensamientos débiles e inútiles en nuestra mente. Cuando desperdiciamos el tesoro de los pensamientos eso debilita nuestro intelecto y nuestro estado, generando confusión e imprecisión en nuestra toma de decisiones. La velocidad de los pensamientos se vuelve muy rápida. Debido a su gran velocidad, perdemos la habilidad de controlarlos. Puede que nos preguntemos: “No recuerdo haber realizado ninguna acción negativa, pero ¿por qué he perdido mi felicidad?”. La causa de ello son los pensamientos débiles e inútiles.

En la meditación Raja Yoga también creamos nuestro estado a través de los pensamientos: “soy un alma, un punto de luz brillando en el centro de la frente, mi naturaleza verdadera es de paz y pureza”. Con estos pensamientos elevados y con concentración del intelecto, experimentamos nuestra naturaleza original. Éste es el enorme poder de los pensamientos.


Amor y conocimiento

Hay hábitos y actitudes que están tan arraigados en la personalidad que no basta el conocimiento para deshacerse de ellos. Éste es necesario y constituye el primer paso hacia la libertad personal, pero no es suficiente para efectuar cambios prácticos, por muy claro e inspirador que sea.

Cuando no hay amor, sólo el conocimiento de lo que es correcto y erróneo nos motiva a seguir progresando. Gradualmente esto aprisiona al yo en una jaula de esfuerzo riguroso, de manera que en vez de abrirnos y liberarnos nos encerramos y quedamos atrapados.

El amor de Dios nos permite aceptarnos como somos y aceptar de igual manera la necesidad de realizar cambios personales. Y lo aceptamos porque el amor divino siempre nos motiva a aspirar a lo más elevado en nosotros.

El amor nos impulsa a alcanzar lo más elevado y a la vez nos libera de la presión del esfuerzo riguroso, pues podemos cometer errores y tener debilidades. Gracias al amor de Dios establecemos una relación amistosa con el tiempo. Éste ya no nos amenaza ni nos apresura sino que trabaja con nosotros, a nuestro favor. Nos damos cuenta de cuán valioso es, y por lo tanto no deseamos desperdiciarlo descuidando las oportunidades que se nos brindan para cambiar.

El amor de Dios nos libera rápida y eficazmente, porque nos permite ver nuestro lado positivo y trabajar con él. Cuando vemos únicamente lo negativo sentimos temor, de modo que reprimimos nuestras debilidades ya que no queremos reconocerlas ni que otros nos consideren débiles.

Si sólo contamos con la teoría del conocimiento espiritual y no trabajamos más que con el intelecto, nos faltará confianza, temeremos el fracaso e incluso tendremos arrogancia. Para cambiar con éxito requerimos tanto el conocimiento espiritual como el amor divino.

Para progresar necesitamos de la cooperación divina, pero debemos aceptarla con responsabilidad sin intentar descargar todo en Dios. Tenemos que hacer nuestra parte.

El amor genera confianza; al confiar en nosotros, podemos reconocer nuestro valor original a través de los ojos de Dios. Lo único que debemos hacer es acordarnos de Él.

Todo lo que necesitamos es ser siempre conscientes de nuestro estado original divino y recordar al Eterno, al Uno, cuya guía amorosa hace que todo sea posible. 

lunes, 6 de julio de 2015

Artista espiritual

Puede que nuestros talentos artísticos en términos de la pintura, la música, etc. sean limitados, sin embargo, desde un punto de vista espiritual, todos somos artistas.

Cada mañana recibimos un lienzo limpio, a punto para que pintemos en él el cuadro de un nuevo día. Cada día tenemos la oportunidad de crear una nueva creación artística, la de nuestra propia vida.

Temprano por la mañana, podemos empezar el día con silencio e introspección, conectando con nuestra energía creativa, el alma. Podemos crear una intención para el día, cómo quiero que sea mi contribución a la vida y qué quiero conseguir. Todo empieza con la conciencia de que soy un ser espiritual, un artista creador.

Tomo conciencia de que a partir del momento en que entro en el campo de la acción, cada pensamiento, palabra y acción se convierten en las pinceladas de mi obra artística. Siempre está en mis manos elegir los colores y la intensidad y textura del trazo.

A medida que creo pensamientos positivos y hermosos acerca del ser, de los demás y de la vida, empiezo a darle forma a mi obra de arte. ¿Qué quiero que transmita el cuadro de mi vida? Depende de mí crear una obra de paz, de amor, de felicidad. Todo lo que tengo que hacer es dejar que cada trazo, es decir, cada pensamiento, cada palabra, cada acción, surja de las cualidades puras y originales del ser: paz, amor y felicidad.

En esto no somos esclavos de las circunstancias, ya que quizás no puedo controlar muchas de las cosas que suceden fuera, pero siempre puedo ser un artista en crear la respuesta más adecuada y precisa a todo lo que sucede. Ahí es donde radica mi poder creativo.

Por la noche, al cerrar el día, puedo revisar mi obra del día, y verificar si estoy satisfecho con el resultado. Me daré cuenta de dónde he de mejorar mi arte y dónde he sido un maestro.
Y prepararme para el siguiente día, con la meta de seguir perfeccionándome como artista espiritual, maestro en el arte de la vida.


Humildad y sabiduría

Cuando pensamos que conocemos la verdad y somos verdaderos, podemos llegar a convencernos de que tenemos razón. No somos capaces de ver lo que la otra persona tiene que decir y seguimos insistiendo en nuestra perspectiva. Esto puede conducir a discusiones inútiles y conflicto.

Junto a la verdad, también necesitamos humildad. La humildad nos ayuda a presentar nuestras ideas a los demás de una manera desapegada. La verdad en nuestro interior nos ayudará a entender a la otra persona y nos mantendrá abiertos a su punto de vista. Conseguiremos que nuestra perspectiva se entienda sin gran dificultad ya que la otra persona también será capaz de ver nuestro punto de vista.

La verdad se demuestra cuando está combinada con la humildad.

Cuando cometemos errores, a veces intentamos justificarlos. Damos excusas y nos comparamos con quienes han cometido errores similares. Pero perdemos la oportunidad de aprender de nuestros errores y a menudo los volvemos a repetir. Entonces somos incapaces de experimentar la felicidad que viene del progreso verdadero.

La verdadera sabiduría reside en aprender de los errores de los demás. Cuando alguien comete un error, nos enriquecemos con esa experiencia. No necesitamos pasar nosotros mismos por esa experiencia para aprender de ella. Cuando somos constantemente conscientes de las consecuencias de las acciones de las personas, experimentamos progreso a cada paso.

Ser cuidadoso y atento nos ayuda a progresar.


sábado, 27 de junio de 2015

Liberarse de las preocupaciones y olvidar el pasado

Saber perdonar y olvidar es una muestra de amor. Muchos viven esclavizados por el pasado. La situación ya pasó, dejó de existir, pero sigue viva en sus mentes.
Abre tu corazón, sé generoso, libérate de ese pesar, perdona y olvida.
Esto te permitirá vivir cada momento presente en paz.

Para mantenerte contento en cada situación, recuerda aquello que te ha entusiasmado, aquello por lo que ha valido la pena vivir. Olvida lo viejo, lo que no tiene valor, lo que te ha robado la ilusión. Creces y avanzas en la vida, gracias a lo que te motiva y te ilusiona. Te deprimes recordando tus errores y debilidades.

Las preocupaciones son una ilusión. Te hacen vivir en el futuro creyendo que estás ocupado, cuando en realidad te alejan del presente. Las preocupaciones son una excusa para dejar de hacer lo que de verdad tienes que hacer.

La persona reactiva, da la sensación de estar muy ocupada, manifiesta su preocupación a los demás, pero lo cierto es que con todas sus preocupaciones no consigue resolver ninguno de sus problemas.

La persona proactiva enfoca toda su atención en el presente, actúa con iniciativa.
Sabe que permaneciendo tranquila y libre de preocupaciones es mucho más efectiva.

Tus acciones son el espejo de tus pensamientos. Puedes esconder tus pensamientos, pero no puedes esconder tus acciones. Ten pensamientos elevados y tus acciones se harán elevadas.

La fe firme en tus objetivos y la confianza en ti mismo determina tu destino.
Asegúrate de no olvidar tus objetivos, no permitas que aparezcan las dudas, y en lugar de ver problemas, tan solo verás posibilidades.

Autocontrol no es reprimir mis emociones, o soportar la presión de las circunstancias.
Autocontrol es comprender que eres el creador de tus propios pensamientos y sentimientos, que puedes ser creativo y encontrar nuevas respuestas. Esto te ayuda a mantener la calma y serenidad.

Buscas aquello que sabes que existe, porque ya lo has experimentado en el pasado.
Toda tu búsqueda termina cuando te encuentras a ti mismo. No necesitas ir a ningún lugar, ni buscar fuera de ti, sino volver a ser, lo que ya fuiste. Tu vida se llena de paz cuando descubres que tan sólo tienes que ser tú mismo. Ser lo que siempre has sido: un ser de paz.


Conquistar los pensamientos inútiles

Los síntomas de los pensamientos inútiles son sentimientos de angustia, pérdida de felicidad o de bienestar, una mente alterada llena de confusión o incapacidad para tomar decisiones precisas.

Pensar una y otra vez sobre una acción desafortunada ya realizada no es una forma correcta de usar el tiempo. Arrepentirse es bueno si se reconoce como el medio de llevar a cabo una transformación. Sin embargo, la transformación del ser debería suceder en el momento en que hay comprensión y reconciliación. En ese momento, deberíamos discernir si algo fue correcto o erróneo. Después, en un segundo, decidir qué acción o acciones evitaremos de ahora en adelante y qué acción o acciones serán las que potenciaremos en su lugar. El poder de esta decisión debería aportarnos la experiencia de la felicidad del logro para el futuro.

La práctica de pasar el tiempo pensando sobre las debilidades de los demás nos hace descender a las esferas de influencia de los demás. De esta forma, uno se influye por la carga de pensamientos, en vez de ser él el que influye sobre los mismos. Para acabar con la costumbre de habitar en el vacío de las debilidades de los demás hay que pensar sobre las propias virtudes, valores y fortalezas así como en lo que falta en la propia esfera de influencia. ¿Qué virtud personifiqué hoy? ¿Qué fortaleza debería haber experimentado, sobre la que trabajaré mañana? ¿Qué valor demostré? ¿Qué necesita desarrollarse aún?

El poder de controlar los pensamientos comienza con:
1) el compromiso con la creencia de que uno tiene una habilidad innata para cambiar los pensamientos inútiles en pensamientos valiosos, y
2) hacerse responsable de los pensamientos, que son las semillas de los sentimientos, las palabras y las acciones. La práctica de desarrollar el poder de controlar consiste en examinar y cambiar a conciencia la calidad y la dirección de los pensamientos.


lunes, 1 de junio de 2015

Positividad y auto-respeto

En las situaciones difíciles, a veces nos podemos sentir desamparados. Esto genera tensión, que a menudo acaba expresándose como alguna forma de agresividad. Esta clase de agresividad no se puede reprimir o controlar y así las cosas se complican y las relaciones se llenan de conflicto.

Cuando nos respetamos a nosotros mismos, podemos mantener nuestra mente calmada. No reaccionamos ante las situaciones de una forma negativa. En lugar de ello, nos tomamos tiempo para comprender la situación y responder de la manera adecuada. Tomamos las decisiones en un estado de la mente sereno y así, aprendemos a sentirnos relajados incluso en las circunstancias más difíciles.

Quien tiene auto-respeto se libera de la agresividad.

Cuando queremos ser más positivos, prestamos más atención a nuestras acciones, asegurándonos de que reflejen lo mejor de nosotros. También pensamos acerca de las palabras que utilizamos. Pero con frecuencia no nos enfocamos tanto en la calidad de nuestros pensamientos. Cuando ciertos patrones de pensamientos se vuelven repetitivos, llegan a controlarnos internamente.

Es importante que desarrollemos el hábito de pensar positivamente. Cuando los pensamientos son positivos, se vuelven poderosos. Cada pensamiento se convierte en un tesoro del que puedo obtener fortaleza. Entonces, nuestras palabras y acciones se vuelven de forma natural más poderosas también.

Entender y apreciar el tesoro de los pensamientos nos capacita a crear pensamientos poderosos y beneficiosos.


Determinación es la clave del éxito

En cada área de nuestra vida, la determinación es sin lugar a dudas la clave del éxito. Y en el contexto de nuestro fortalecimiento espiritual, sin determinación no podemos transformarnos, cambiar ni avanzar.

La determinación, desde el punto de vista espiritual, no tiene nada que ver con forzar ni presionar para que algo suceda, ya que en nuestro ser, tales actitudes no van a dar ningún resultado favorable. Antes al contrario, viendo que no conseguimos nuestros objetivos, el desánimo puede ser el destino de tales esfuerzos. No podemos por tanto, forzar nuestro cambio interior.

Determinación significa incrementar el poder y la capacidad en los pensamientos. Se trata de que cuando creo el pensamiento de que algo tiene que cambiar en mí, algo tengo que soltar y algo tengo que potenciar y vivir más, este pensamiento se pone en la práctica.

A veces, las cosas pueden parecer muy grandes y difíciles de conseguir, pero, sin empujar ni forzar, si mantenemos determinación y paciencia acerca de ello, y sin estar apegados a que suceda de manera inmediata, nos damos cuenta de que se consiguen de forma muy natural.

La determinación tiene que ver con la energía del pensamiento. El pensamiento es tan puro y concentrado que toma forma práctica. Con determinación también desarrollamos confianza y no nos desanimamos. Aquello que queremos que suceda tendrá lugar en el momento adecuado. Si el pensamiento está alineado con el ser, con los demás y con Dios, entonces nada es imposible. Va a suceder. Es la seguridad y confianza de que éste es un pensamiento correcto y puro y por tanto, tomará forma práctica.

La determinación proviene de la serena y profunda convicción de que nada ni nadie me puede impedir tomar las riendas de mi conciencia, de mi ser y encaminarme hacia el destino espiritual con el que me he comprometido: el destino de la paz, de la libertad y de la plenitud.


viernes, 22 de mayo de 2015

Auto-conocimiento

Es solo en el ámbito de nuestras relaciones en el que realmente nos podemos conocer a nosotros mismos. Somos un espejo cada uno para el otro. Lo que les damos a los demás a nivel de nuestros pensamientos, sentimientos y actitudes es lo que nos damos a nosotros mismos, y finalmente nos retornará a través de los demás. Nuestras relaciones son el verdadero taller práctico, el aula, el laboratorio de aprendizaje en nuestras vidas.

Relación no es simplemente interactuar con los demás, tiene que ver con la comprensión, con edificar, nutrir y cuidar. Cada interacción conlleva una lección. Tomemos una relación, observémosla, explorémosla y preguntémonos qué nos dice esta relación acerca de nosotros mismos y de nuestra vida en este momento. Deja que tus relaciones te revelen a ti mismo tu verdadero ser.

A medida que lo haces, aprenderás de manera natural qué es lo que hace que las relaciones funcionen, y qué es lo que no, como a veces es el caso! Y cuanto más te conoces a ti mismo en el espejo de tus relaciones, más fácil te será comprender a los demás.

Piensa en dos personas que sean cercanas a ti. Ahora piensa en cada relación y anota qué es lo que cada una de estas personas hace que se manifieste en ti cuando estás con ellas. ¿Qué parte de ti quieres desarrollar más en cada una de estas relaciones? Por ejemplo: humor, paciencia, humildad, etc. ¿Qué harás hoy para desarrollar estos aspectos de tu personalidad?


Auto-control y presencia

Normalmente relacionamos el auto-control con intentar forzar la mente para que no piense de cierta forma. Se percibe como algo que implica reprimir las emociones. Por supuesto, nos damos cuenta de que somos incapaces de hacer eso. Habitualmente lo que sucede es que desistimos y consideramos que el auto-control es difícil.

Auto-control significa maestría sobre mis pensamientos, sentimientos y emociones. No importa cuán grandes sean los desafíos, somos capaces de canalizar nuestros pensamientos en la dirección correcta. Nunca permitir que los pensamientos divaguen y así nunca tendremos que preocuparnos acerca de recuperar el control. Esto hace que mi mente sea tan creativa que encuentre las soluciones a los problemas más fácilmente.

Auto-control significa la habilidad de canalizar los pensamientos en la dirección correcta.

Por otro lado, cuando nos sentimos insatisfechos con la vida, hay una tendencia a mirar hacia atrás y rememorar tiempos pasados. A veces nos gustaría poder regresar a un momento en particular del tiempo. O nos preguntamos qué podría haber sucedido si hubiéramos tomado una decisión diferente. Pronto nos quedamos atrapados en pensamientos y recuerdos y así perdemos la oportunidad de aprovechar el presente.

Tenemos que darnos cuenta de que el único momento sobre el que tenemos control es el ahora, y tenemos el poder de hacer que cada momento sea valioso. La forma con la que elegimos usar nuestro tiempo ahora también tendrá un efecto sobre nuestro futuro. La única forma con la que podemos crear un futuro hermoso para nosotros mismos es utilizar de la mejor manera el momento presente.

Estar en el presente significa hacer el mejor uso de él.


jueves, 14 de mayo de 2015

Pensamientos puros y elevados

Los pensamientos puros son pensamientos del ser eterno. Tales pensamientos nos conectan siempre con el estado natural y original de paz, felicidad y pureza del alma.

En relación a los demás, los pensamientos puros nunca se basan en su personalidad externa y limitada, siempre mantendrán la visión de su naturaleza espiritual y sus cualidades. Los pensamientos puros no tendrán nunca ningún componente de rechazo, juicio, venganza o envidia. Su base será siempre la energía del amor y eso incluye empatía, comprensión, compasión y especialmente buenos deseos.

Así, cuando nuestra mente opera desde los pensamientos puros, la experiencia práctica será un sentimiento de liviandad y fluidez, es como si fluimos a través de las escenas de la vida sin dejar rastro y sin que esas escenas dejen rastro en nuestra conciencia. A este estado se le describe también como el estado angelical.

Desde una mente que está funcionando en base a pensamientos puros y elevados, la conexión con el ser supremo es natural y fácil, ya que entramos en sintonía con la misma calidad elevada de vibraciones espirituales. A través de esta conexión, el alma se llena de un caudal ilimitado de amor, paz y felicidad.

Los pensamientos puros y elevados son una protección para el ser. Hacen nuestra mente fuerte, estable y poderosa y nos protegen de las vibraciones e influencias negativas.

Así, tenemos que hacernos más conscientes del valor, el poder y la influencia de los pensamientos puros y elevados y, tanto como podamos, nutrirlos y sustentarlos en nuestra mente a lo largo del día.


Recargar la batería del alma

Existen varios factores que nos indican la carencia de poder espiritual en el ser. Son aspectos que podemos detectar mediante la auto-observación y entre ellos destacan:

• Bajo poder de concentración en la mente.
• Alta dispersión de pensamientos. La mente piensa de forma acelerada y dispersa.
• Bajo control de las tendencias y hábitos reactivos. Incluso queriendo responder a una situación de otra manera, nuestros viejos hábitos nos fuerzan a actuar en contra de nuestra voluntad.

Estos factores son claros indicadores de un bajo nivel de poder espiritual en el alma. Cuando nos damos cuenta de la importancia que tiene recargar nuestra batería interna para poder tomar control de nuestra vida, entonces nace en nosotros la determinación de esforzarnos por nuestra transformación espiritual.

Así, algunas características de un alma poderosa son:

• Alto poder de concentración. Los pensamientos son menos y más poderosos, más espaciados. Cada pensamiento tiene sentido y significado.
• La mente funciona desde la serenidad. Entre pensamiento y pensamiento experimentamos el poder del silencio.
• El alma puede controlar los viejos hábitos mediante su fuerza de voluntad.

Con claridad y discernimiento, el alma no permite que una tendencia reactiva le fuerce a cometer errores a través de los órganos de los sentidos.
En el mundo físico, todo sistema tiende al desorden y el caos debido a la ley de la entropía. Sólo se puede restablecer el orden en el sistema cuando interviene una fuente de energía exterior al mismo. Del mismo modo, en el mundo interior del alma, cuando experimentamos debilidad y falta de poder espiritual significa que también hemos llegado a un alto nivel de entropía.

Por ello es esencial dedicar tiempo de calidad para meditar y experimentar el silencio y concentración de la mente. Y una mente más silenciosa puede abrirse a la experiencia de conectar con la fuente eterna de luz y poder espiritual, el ser supremo y a través de esta conexión sutil restablecer el orden y el control en nuestro mundo interior.


lunes, 27 de abril de 2015

Secuencia de pensamientos para meditar

Aunque muchos reconocen que la meditación es muy importante, pocos la practican. De entre los que lo hacen, el número de personas que realmente consigue ser eficiente en la práctica de la meditación todavía es menor. Sin embargo, aunque nunca hayas meditado, verás que es algo bastante sencillo. Basta con pensar en experimentar las cualidades originales del ser de paz, felicidad, poder, amor, etc.

La mejor manera de describir la meditación consiste en reproducir la secuencia de pensamientos más comunes que se origina en los primeros intentos de levantar el vuelo espiritual:

1. Escoge un lugar tranquilo y aireado y, si es posible, pon música suave de fondo.

2. Adopta una postura ni muy rígida ni muy relajada, pues, a fin de cuentas, no es el cuerpo el que está meditando. Es el ser.

3. Fija tu atención en el punto central de la cabeza donde se encuentra el ser consciente en el cuerpo y desde donde lo pensamos y lo decidimos todo.

4. Intenta permanecer en un estado de observador. Centrado mentalmente en el punto entre las cejas, observa la sala a tu alrededor, los sonidos de la música y de la calle. Toma conciencia del momento presente y a la vez procura mantenerte ligeramente desapegado de la escena en la que te encuentras. Así como puedes observar la sala y los sonidos, puedes, con el mismo sentimiento agradable de desapego, observar lo que sucede en tu vida.

5. Surgen con mucha naturalidad pensamientos de ayer, hoy o planes del mañana. Empieza a observar el propio proceso de los pensamientos. Pueden percibirse tres fases en cada uno de los pensamientos: la creación, la experiencia y la observación.

6. Deja que vengan sin ningún esfuerzo por tu parte para impedirlo. De este modo, empezarás a sentirte diferente en tu proceso de pensar, como si el verdadero yo fuera algo mucho mayor que una simple secuencia de pensamientos, muchas veces sin nexo.

7. Una vez estabilizado en la conciencia de observador desapegado, inicia la creación consciente de pensamientos relacionados con tu verdad intrínseca. Un ejemplo (hay que leer cada pensamiento y sentirlo profundamente):

Soy una energía consciente... Puedo pensar, decidir...
Toda mi energía ahora está concentrada en un punto entre las cejas... Soy una energía diferente del cuerpo físico... Dirijo el cuerpo... Es mi preciado vehículo pero yo soy el conductor...

Un día entré en esta forma física y un día la dejaré... Soy el ser, el alma... No soy un cuerpo con alma... Soy un alma y tengo un cuerpo... Ahora soy consciente de esto...

¿Cómo es mi verdadera naturaleza? Cuando me posiciono en esta postura de observador percibo mi tranquilidad... Soy un ser de paz... Nada ni nadie pueden cambiar lo que soy en esencia...
Como un pequeño faro, estoy encendido en el centro de la cabeza y empiezo a irradiar luz... la luz de mi paz...

8. Sin memorizar estos pensamientos, intenta hacer el ejercicio desde el principio hasta al final con los ojos cerrados.

Cuando adquieras más seguridad en el proceso de meditación, intenta hacerla con los ojos abiertos. La meditación con los ojos abiertos se convierte en una experiencia sublime. Tanto es así que la puedes practicar andando, detenido por el tráfico, en el trabajo o haciendo las tareas domésticas. Crea simultáneamente una experiencia de relajación agradable y de percepción clara.

Vuelve al ejercicio y profundiza más en el sentido de cada frase pero esta vez emplea tus propias reflexiones, que tengan que ver con tu vida.

¡Recuerda que la paz que estás sintiendo es TUYA!


La auto-soberanía: la verdadera libertad

Para entender qué es la verdadera libertad, tenemos que entender qué es lo que genera el sentimiento de esclavitud. No se trata de limitaciones físicas. Se trata de actitudes, creencias, hábitos y características de la propia personalidad que nos hacen sentir el peso de las situaciones.

Hay esclavitudes creadas a través de la mala convivencia con los demás en el pasado.

Hay esclavitudes relacionadas con las expectativas de los demás, la familia, la sociedad. 

Hay esclavitudes debidas a la atmósfera de confusión generalizada que existe en el mundo a nuestro alrededor.

Hay esclavitudes debidas a las propias debilidades internas.

Estos cuatro tipos de presión reprimen el sentimiento de ser libre. Las esclavitudes se adquieren. No forman parte de la naturaleza original del ser. 

Mediante el conocimiento sobre la naturaleza real de las esclavitudes, podemos disminuir su efecto de forma considerable. A ello se añade el poder que la meditación nos da. De esta manera podemos empezar a disfrutar de nuestra libertad verdadera: la espiritual.

Esta reconquista interna se denomina auto-soberanía. Ahora tenemos libertad para ser lo que siempre hemos deseado ser: pacíficos, alegres, bienintencionados, amables. Es precisamente esta nueva naturaleza que aflora lo que nos permite ganarnos los corazones de los demás.


jueves, 23 de abril de 2015

El proceso del apego

Debido al apego, nos aferramos a algo (objeto, persona, idea o creencia) y nos identificamos con ello en nuestra conciencia. Cuando el objeto de nuestro apego es amenazado o puede lastimarse o perderse, la experiencia habitual es de pesar y miedo. La posesividad y la ilusión de "mío" se instalan en el interior.

Dentro de la conciencia tenemos una mente para crear ideas, pensamientos, imágenes. Por ejemplo, en la relación con los demás, desarrollamos alguna creencia de cómo han de ser las cosas, de cómo han de comportarse con nosotros. Esta creencia se manifiesta en nuestra mente, en la forma de pensamientos que tienen su origen en la creencia. A la vez, habitualmente creamos una imagen conectada con esta creencia. Puede ser algo tan sencillo como: "Soy una persona experimentada, deberían escuchar mis consejos y hacerme caso".

El problema empieza cuando pierdo la conciencia de mi ser en esos pensamientos que está creando la mente, es decir, me identifico totalmente con esos pensamientos. Ahí es donde se genera el apego. Así que aparece alguien, y su comportamiento es completamente contrario a la imagen que albergo en la mente. Esa persona ignora mis sugerencias y no me escucha. En ese momento, nos lo tomamos como algo muy personal. Así que hay dolor, en la forma de ira, sea sutil o visible. ¿Por qué? Nos hemos identificado con una creencia o imagen de cómo han de ser las cosas y si alguien amenaza o ataca esa imagen o creencia es como si me atacaran o amenazaran a... mí mismo!

Por ello es esencial desarrollar la virtud del desapego. El desapego es el estado natural del alma. Podemos crear ideas, percepciones y perspectivas acerca de las situaciones y personas, pero no necesitamos aferrarnos a las mismas en nuestra conciencia. Nuestra conciencia es, originalmente, libre. Comprender el proceso del apego es el primer paso, completamente esencial, para iniciar el camino de vuelta a mi estado natural: libre de apegos e identificaciones erróneas.


El arte del pensamiento

La palabra “arte” a menudo implica un don de Dios pero, sin importar su origen, una obra de arte debe de ser cultivada, desarrollada y refinada por el artista. Así también sucede con el arte de pensar. Todos tenemos la habilidad de crear pensamientos, ¡podemos pensar! Sin embargo, potenciar el arte de pensar de manera de que nos permita experimentar el bien en la vida, y compartirlo con los demás, requiere de un proceso de entrenamiento y disciplina. Yo mismo, el ser espiritual, debo entrenar y disciplinar mi mente.

De la misma manera que el arte florece en el marco de una cierta calidad de cultura, la compañía, el ambiente y el estudio deben ser los adecuados para desarrollar mi arte de pensar. En la primera etapa de este auto-entrenamiento es de gran ayuda poder compartir y conectarnos con otras personas que estén involucradas en este proceso, para desarrollar la fortaleza necesaria. Más adelante en este viaje fascinante, yo mismo seré probablemente capaz de manejar el proceso sin ayuda de otros, pues para entonces el poder interior que habré desarrollado me permitirá resistir cualquier fuerza contraria. 


viernes, 10 de abril de 2015

El poder sanador del silencio

Se dice “El silencio es oro, las palabras son plata”. Cuando la mente permanece en verdadero silencio entonces los pensamientos se hacen muy elevados y pacíficos. Nuestro pensamiento se vuelve muy positivo. Entonces podemos crear pensamientos que traigan felicidad a los demás.

Si alguien está muy enfermo se le dan sedantes de manera que pueda descansar. Se advierte a las demás personas que mantengan silencio en la proximidad del enfermo. Pensar demasiado nos agota internamente. Si pensamos mucho, no podremos dormir bien y el descanso no será reparador.

A través de la meditación podemos visualizar y resetear nuestros patrones de pensamientos. En el silencio podemos experimentar hermosos momentos de paz y armonía. Podemos acumular el poder del silencio en nuestro interior. Podemos percibir quién somos realmente, nuestro verdadero ser.

En las escrituras indias se dice que “donde hay silencio está Dios”. A través del silencio interior podemos comunicarnos y experimentar el ser supremo.

En la meditación pensamos: soy un ser espiritual. Simplemente he venido aquí, a este escenario del mundo, a interpretar mi papel. Mi hogar verdadero es el mundo del silencio, el mundo de luz y paz. En base a nuestros pensamientos podemos ir conectando con la fuente de la paz, el ser supremo y el poder de la paz que recibimos es ilimitado. Ahora bien, esta conexión espiritual se basa en el amor espiritual, es el amor del alma hacia el alma suprema, es una relación espiritual y eterna.

En la experiencia de esta profunda conexión espiritual en el silencio, el alma puede renunciar sus debilidades y recargar la batería, sintiéndose llena y completa. Entonces podemos disfrutar de una vida llena de positividad a cada momento.

Sabiduría para el día a día

. Los pensamientos son como las semillas: cuando son sólidos y saludables, las palabras y las acciones también lo son
. Los pensamientos ocupan más tiempo y espacio en nuestras vidas que las acciones.
. Protégete de los pensamientos inútiles y negativos manteniendo una actitud positiva.
. Convierte los buenos pensamientos en el tesoro de tu vida y tendrás prosperidad.
. Con el fin de lograr la excelencia, aporto belleza y calidad a cada palabra y acción.
. Que la dulzura de mis pensamientos, palabras y acciones sea la más visible de mis virtudes.
. La verdad es como el sol: no puede permanecer oculta, siempre acaba saliendo.
. Si fomentas el sentido del respeto por ti mismo, la consideración te seguirá como una sombra.
. No permitas que la distancia que debes recorrer hoy te impida dar el primer paso.
. La autotransformación es el mayor regalo que puedes ofrecer al mundo.

. Disfruta del momento presente porque es el futuro en plena creación.
. Cuando estés cansado, recuerda los momentos de felicidad y recobrarás la fuerza.
. Si observas con calma, verás con mayor claridad las situaciones tal y como son.
. El optimismo y la conciencia clara son signos de una vida equilibrada.
. La libertad verdadera significa estar más allá de la influencia de la gente y las posesiones.
. La sencillez de carácter es el resultado más natural del pensamiento profundo.
. La aceptación es el secreto de la satisfacción. La apreciación es el secreto de la felicidad.
. Cuanto más desarrollo el hábito de percibir la bondad, más emerge mi propia sensación de bienestar.
. Solo puedo dar lo mejor de mí a los demás cuando estoy en contacto con lo mejor de mí.
. Haz las cosas con tanto amor de tu corazón que nunca más desearías hacerlas de otro modo.


martes, 24 de marzo de 2015

El poder de Om Shanti

El proceso de auto-conocimiento y sanación espiritual que nos permita recuperar la armonía y el bienestar interior requiere la cuarentena del silencio. La capacidad de permanecer en un estado de sosiego y paz interior – incluso la voluntad de conseguirlo – ha sido destruida por un vacío interior que demanda llenarse con ruido y emociones que, aunque superficiales, mantienen ese vacío a raya. 

Silencio significa desconectar, desenchufar la conciencia de los numerosos enchufes que absorben nuestra energía: problemas, preocupaciones, complacer a los demás, miedo y sobrecargas.

Cada pensamiento que creamos es energía y produce su propia corriente, sea negativa o positiva. En la quietud del silencio voy hacia mi interior y me conecto con mi cualidad original de la paz y me estabilizo en el pensamiento de esa paz original.

En la meditación, la manera de conectar con nuestra paz original es usando el pensamiento “Om Shanti”. Estas dos palabras significan la conciencia de nuestro estado eterno de paz y la conciencia de nuestra identidad espiritual: “Soy un alma y mi naturaleza eterna es la paz”.

Sólo requiere unos pocos segundos de concentración el conectar con la conciencia del alma y liberar esta corriente de paz que nos eleva.

La corriente de Om Shanti siempre nos va a energetizar. Sin embargo, necesitamos practicar esto con atención completa. Así, después de un día de actividad, habiendo experimentado muchas pausas de unos pocos segundos de silencio, no nos sentiremos cansados sino en gran armonía y bienestar.


Superar los obstáculos internos

Necesitamos enfocarnos en los aspectos positivos del ser, y que este foco sea la base de nuestro cambio y aprendizaje. Sin embargo, como optimistas realistas, también debemos ser honestos acerca de los retos y obstáculos personales que tenemos que superar si somos sinceros en nuestro deseo de sentirnos en plenitud.

1. Reconocer que tenemos un trastorno o problema recurrente. Admitir que hay algo que sigue retornando, independientemente de la persona o situación que dispara la reacción. Necesitamos darnos cuenta de que liberarnos del dolor de esa reacción requiere un cambio en nuestras actitudes, pensamientos y/o percepciones. La honestidad con uno mismo nunca hace que te sientas culpable, sino que fortalece tu auto-respeto.

2. Identificar el defecto en nuestro interior, y al mismo tiempo mantener la conciencia de mi naturaleza original: yo, el alma, soy un ser de paz, de pureza, de amor y felicidad.

3. Desapegarse de ese defecto, una vez identificado. Podemos hacer esto con confianza, al tener el conocimiento de la verdadera naturaleza del ser. “No soy el defecto que observo. Acepto y entiendo que ese defecto está ahí pero no me identifico con él.”

4. Fundir el defecto con la experiencia del poder del silencio y la conexión con la fuente suprema de luz y poder espiritual. Es como colocar un trozo de hielo bajo la luz del sol y permitir que se derrita. La meditación intensa nos capacita para conseguirlo.

5. Prestar atención y no permitir que ningún germen de viejos deseos o miedos reinicialice el proceso. De lo contrario podemos volver a infectarnos y a enfermar de nuevo. Habiendo conquistado todo esto, nos sentiremos en plenitud, nuestra maestría interior original habrá retornado. Ya no seremos más ni una víctima ni una marioneta del viejo ser, de los demás o de las circunstancias.

lunes, 16 de marzo de 2015

Determinación en la transformación

Una de las causas principales, sino la principal, de que nuestra transformación interior se demore y los viejos patrones, causantes de nuestro malestar e intranquilidad, sigan afectándonos en la vida, es la falta de determinación y enfoque.

La mente es fácilmente distraída en muchas direcciones. El conocimiento espiritual nos recuerda que nuestra naturaleza verdadera, como seres espirituales, es elevada y digna, nuestra verdadera esencia es de grandeza y autenticidad. Necesitamos permanecer conectados con nuestras cualidades originales y soltar y distanciarnos de todos los hábitos negativos del ego y la conciencia limitada.

Aún así, incluso con las mejores intenciones y a pesar de que de vez en cuando creamos pensamientos llenos de resolución sobre qué queremos eliminar en el ser y qué queremos integrar en nuestra vida, en términos de virtudes y cualidades, la realidad es que con el paso del tiempo, la fuerza de esos pensamientos se va diluyendo.

Un paso fundamental que va a marcar la diferencia es no permitir que la mente esté ociosa, tanto como podamos. Existe un proverbio que reza "Una mente ociosa es el taller del diablo". El significado está claro, cuando la mente no tiene ninguna meta ni objetivo, las innumerables atracciones de los sentidos se apoderan de ella. Las debilidades y dependencias controlan nuestra conciencia. La puerta de entrada es la mente y, específicamente, los pensamientos.

Así que es esencial crear un programa de actividades para nuestra mente. Leer y estudiar textos que estén llenos de conocimiento espiritual, crear espacios en nuestra agenda diaria para reflexionar sobre los mismos, para comprender las leyes espirituales y su aplicación en nuestra vida práctica. Crear tiempo para experimentar con la meditación, con la concentración y la contemplación. Reflexionar sobre los valores y cualidades que queremos ver más presentes en nuestras vidas y qué tenemos que hacer para integrarlos.

Si nuestra mente está constantemente involucrada en nuestra meta y objetivo de transformación espiritual, experimentaremos que los pensamientos se vuelven más poderosos y concentrados, y la mente más luminosa y liviana. A su vez, esto generará sentimientos internos de satisfacción y plenitud. Sentiremos que nos vamos acercando a nuestra meta. La clave es una mente ocupada que cierra las puertas al desperdicio, la distracción y la negatividad.


Auto-respeto y humildad

El auto-respeto y la humildad se comportan como nuestro escudo de protección espiritual. Nos liberan de las influencias sutiles del ego limitado.

A medida que recorremos la senda del progreso espiritual, es muy importante tomar conciencia de la presencia de la arrogancia sutil.

La arrogancia sutil puede detectarse especialmente en la inhabilidad de aceptar la crítica, ni siquiera si es constructiva. Internamente hay sentimientos de reacción y rechazo. Hay trastorno en la actitud y la visión hacia la persona que ha emitido esos comentarios.

En la consciencia del alma, podemos aceptar la corrección y las señales que otros nos den como un medio para progresar y somos capaces de tolerar y aceptar la crítica. A la vez, no nos dejamos influenciar por la alabanza. 

La clave es generar un estado de consciencia en el que nuestros pensamientos estén llenos de auto-respeto. Y en las palabras y las acciones, mantener un estado de humildad. Entonces la arrogancia terminará. Estas dos virtudes son la base para ser una personificación del éxito en cada pensamiento y cada acción.

Absorbiendo estas dos virtudes en nuestra vida podremos ser instrumentos para transmitir una experiencia espiritual a los demás, a través de nuestras palabras, de nuestras acciones, de nuestra manera de interactuar. Si estas dos virtudes están presentes y estables en nuestra vida, podemos entender que estamos desarrollando poder interior y fortaleza espiritual.


sábado, 7 de marzo de 2015

Tolerancia y aceptación

La tolerancia es una virtud y a la vez es una fortaleza, lo que podríamos denominar también un poder espiritual. En nuestra vida la tolerancia es clave para que podamos mantener equilibrio y estabilidad en medio de las adversidades, retos y pruebas que se nos presentan.

Se puede decir que el nivel de tolerancia que tenemos al dolor y la negatividad, es un indicador claro de nuestro nivel de poder espiritual, y también de la profundidad y madurez que hemos desarrollado.

Gracias a la profundidad y la madurez, podemos ver más allá de la superficie de las situaciones, entendiendo el significado profundo de cada escena. Manteniéndonos conectados con nuestra verdadera naturaleza de paz, nos mantenemos tolerantes y nos acomodamos a los diferentes desafíos que se nos presentan a través de las relaciones, la salud, las situaciones...

Con tolerancia, el corazón se abre y crea espacio para el dolor que hay dentro del ser y a nuestro alrededor, para aceptar ese dolor y así poder transformarlo. Cuanto más aceptamos el dolor, en sus diferentes manifestaciones (espiritual, mental, emocional y físico), más estamos en disposición de desapegarnos y trascenderlo.

Algunos indicadores de la falta de tolerancia son una actitud reactiva, susceptible, una tendencia a evitar y evadirnos de todo lo que percibimos como desagradable o doloroso. Lo que no entendemos en ese momento es que, en realidad, estamos protegiendo nuestra propia debilidad.

La tolerancia se fortalece nutriendo nuestro ser espiritual con el poder del silencio, sumergiéndonos en la experiencia del silencio, accediendo a la fuente de luz y poder espiritual. A medida que el alma se recarga y se fortalece, se va equipando con el poder de tolerancia necesario para navegar con éxito por el mar de la vida.

Dolor

El dolor es la consecuencia de negar los principios básicos de la vida, que incluyen: auto-respeto, amabilidad y generosidad.

Además, el dolor en sus diversas formas es una consecuencia directa del auto-engaño. Los engaños son ilusiones que creemos que son reales. Un auto-engaño clásico es el de creer que alguien o algo fuera de mí puede crear mi estado de felicidad.

La posición, el rol, el talento o el logro son sólo temporales, y pasajeros. La dependencia de estos aspectos finalmente trae dolor en la forma de decepción, vacío o resentimiento.

¿Por qué creemos en estos de una manera tan absoluta?

Un principio: no podemos tomar felicidad, satisfacción o amor desde el exterior del ser.

El primer paso para expresar la felicidad con los demás es experimentarla como la naturaleza original del ser. Entonces podemos compartirla con los demás incondicionalmente, creando un estado duradero de felicidad.

El dolor vuelve a aparecer cuando olvidamos nuestro ser original y cuando rechazamos aprender.

Para recordar y retornar a nuestros propios recursos espirituales y a la Fuente Suprema, tenemos que aprender a ver a través de esos engaños e ilusiones, con el discernimiento claro que surge del silencio interior.