jueves, 27 de diciembre de 2018

Espiritualidad en la vida diaria



En esencia, la espiritualidad es saber cómo vivir. Ese conocimiento nos da la felicidad. La verdadera espiritualidad no consiste en un sistema de culto o un ritual, sino en una actitud positiva hacia nosotros mismos y hacia los demás, lo que convierte la vida en dicha, no en esfuerzo.

Para que la vida sea feliz basta con unas relaciones personales satisfactorias y un objetivo. La felicidad o la ausencia de ella, no obedece a causas externas sino que proviene del interior.

Así, el bienestar material no brinda felicidad, ni tampoco desdicha. La gran afección de la conciencia humana es considerar sólo lo externo como un medio para lograr la felicidad, esperando simplemente lo mejor, en lugar de examinar los valores y actitudes personales.

La felicidad no puede hallarse esperando simplemente lo mejor. No hay atajos. Ninguna otra persona, ninguna cosa externa puede darnos un estado permanente de bienestar. Es nuestra propia responsabilidad lograrlo. Las cosas externas pueden contribuir, servir de guía e inspiración, pero en última instancia la vida es lo que hacemos de ella.

La exploración profunda de nuestro ser nos proporciona entendimiento. Con éste, podemos empezar a crear la vida que deseamos vivir. Sin este entendimiento no podemos liberarnos de las crisis. En la actualidad parecería que a cada paso hay crisis, contratiempos y situaciones insolubles. Se diría que esto se ha convertido casi en lo común para la vida humana.

Cuando desarrollamos y fortalecemos nuestra espiritualidad, la vida es más que la simple supervivencia y la superación de obstáculos. Es una gozosa experiencia llena de amor y significado.

jueves, 13 de diciembre de 2018

Conectar con lo divino (II)



Aquello que recordamos es en lo que nos convertimos, y por esto es importante recordar las cosas correctas. Lo primero de la lista son los pensamientos del yo original y de la Fuente Suprema.
 
 Cada mañana antes de empezar la jornada diaria, sentarse en silencio, reflexionar, concentrarse y experimentar la conciencia de “Om Shanti” ("soy un alma de paz"), recarga al ser para todo el día. Cuando recuerdo mi estado original de paz y armonía interior, mi mente e intelecto crean un oasis de estabilidad interna, el cual me ayuda a afrontar las diferentes tormentas de negatividad que se presentan durante el día.
 
 La Fuente Suprema tiene el poder de recordarnos lo que éramos porque su estado original de ser es permanente; Él nunca se olvida de sí mismo, nunca se contamina y permanece eternamente verdadero consigo mismo en el estado de conciencia espiritual o alma. En consecuencia, Él es el mapa de lo que nosotros éramos, de lo que vamos a ser. Muy sencillamente expuesto, las cualidades de paz, amor, pureza, felicidad y verdad están en Él, visibles y disponibles para todo aquel que desea sintonizar con ellas y recibirlas.
 
 Imaginemos dos puntos de luz: uno aquí en la tierra, en el tiempo y en la materia, y el otro más allá de la tierra, en un mundo de silencio y paz. Cuando esos dos puntos conectan a través del poder del pensamiento y el sentimiento tiene lugar una unión, la cual permite un flujo de energía y la experiencia de nuestro ser verdadero. “Yo, el alma, el punto, estoy aquí y el Alma Suprema, también un punto de luz, está ahí arriba”. Sin embargo, el amor y el recuerdo traen tal proximidad que no hay sensación de distancia ni separación.
 
 Para conseguir recordar esta concesión de poder, tengo que conectarme cada día con la Fuente Suprema en silencio, de una forma más allá del ritual o el sonido. Es una conexión personal, que no requiere público ni reglas, sólo un corazón sincero. Cuando una persona es bienintencionada, su conexión del amor encaja en la toma de corriente y el yo recibe aquello que necesita, aquello que le es útil para él para crear y sostener una vida de calidad.
 
 Para acordarte de crear una vida de calidad, pregunta al yo: “¿Cuál es mi mayor ideal?”.
 Conócelo, entiéndelo, síguelo, sé ese ideal, pase lo que pase. Recuerda: consigo lo que creo.

Conectar con lo divino (I)



Seguir recordando nuestra identidad espiritual y nuestros recursos espirituales es estimulante. Una y otra vez, necesitamos recordar y volver a nuestra esencia, a nuestro valor y a nuestra fuerza original. Las palabras “Om Shanti” nos ayudan a recordar todo esto cuando se dicen amablemente y despacio en la mente, son la clave para abrir nuestros recursos espirituales y humanos.

Durante el día podemos pararnos unos momentos para reflexionar y recordar que somos pacíficos y silenciosos. Este acto de parar es como poner freno a la mente.
Observo en qué dirección van mis pensamientos, palabras y acciones y después, si es necesario, cambio de dirección o sigo yendo en la misma con más claridad y concentración.

Esta práctica de recordar se llama “control de tráfico”. Es un medio para renovar, recargar y reorientar. Cuando nos olvidamos de parar, el tráfico de la mente se hace pesado y la conducción se vuelve tensa, insoportable, estresante e irritante, ¡y nuestra mente y nuestros nervios parecen estar a punto de estallar! Para prevenir todas las explosiones y erupciones emocionales, que en último término destruyen o estropean nuestra eficacia, necesitamos parar. Éste es una aplicación práctica del recuerdo.

A un nivel profundo, el recuerdo también significa conectar el corazón y la mente con la Fuente de Energía Suprema del Universo. A través de esta conexión el yo no sólo se recarga de energía sino que también se libera de los patrones repetitivos de pensamientos y comportamientos superfluos.

A veces uno tiene las mejores intenciones, la determinación sincera de eliminar ciertos hábitos pero después de un tiempo esos hábitos vuelven. Nos encontramos atrapados, sentimos que no podemos hacer lo que quisiéramos hacer y entonces perdemos la esperanza, o incluso la voluntad de intentarlo de nuevo. El vínculo con la Fuente Suprema de Energía da al yo el poder de cambiar, de disolver y terminar con los patrones negativos.

Este vínculo, que es posible cuando hay una atención llena de amor, permite que una corriente de energía pura alcance al yo. A través de esa corriente espiritual va siendo más fácil estabilizarse en un estado positivo porque esa energía crea cambios permanentes.

Cuando recuerdo el Uno, entonces recuerdo mi propio estado original de ser y ese recuerdo crea el propósito de retornar y redescubrir todo lo olvidado, o medio olvidado, las cualidades del ser original.

lunes, 26 de noviembre de 2018

Ser no violento



¿Somos violentos? Muchas personas que piensan que siguen un camino espiritual considerarían que no lo son, y sin embargo, cualquier clase de pensamiento negativo es, de hecho, una forma de violencia.

La ira, por ejemplo, a menudo empieza con pensamientos tales como “no me gusta esto”.

Si no somos capaces de sentir amor hacia nosotros mismos, nuestra familia o amigos, significa que hay algún tipo de violencia en nuestro interior.

Tener la actitud interna de juzgarnos y criticarnos, en lugar de hacer esfuerzos para nuestro progreso espiritual con amor, paciencia y fe, también es una forma de violencia. Al igual que lo es rechazar a los demás.

Menospreciar a alguien, hacer que alguien caiga, ser indiferente hacia los demás, son también formas de violencia.

La verdad, por otro lado, siempre es no-violenta.

La verdad nos dice que puede ser que las personas tengan defectos, pero nosotros somos los amos de nuestros ojos y así depende de nosotros elegir cómo miramos lo que sea que venga enfrente.

La verdad es que cada vez que nuestra atención se dirige a las debilidades o defectos, nuestros o de los demás, reprimimos nuestro almacén de tesoros de grandeza. Esto también es violencia.

Hemos aprendido a tener miedo de reprimir nuestra negatividad, pero reprimir nuestra grandeza conlleva una pérdida incluso mayor.

La verdad nos dice que permanezcamos sabios y compasivos, incluso cuando confrontamos la ira. Nos dice: “Mantén tu dignidad ya que eso permitirá que los demás recuperen la suya”.

Crear un ambiente espiritual



Mediante el fortalecimiento espiritual y el trabajo interno, alcanzamos la comprensión de que tenemos la facultad de influir en el entorno.


Si tu intelecto es débil, estás a merced del ambiente, cualquiera que éste sea. De tu subconsciente pueden surgir entonces ciertas emociones y pensamientos que no sean necesariamente de tu elección. De ese modo puedes caer bajo la influencia no sólo de la negatividad del ambiente, sino también de tu propia debilidad interna. De lo contrario, si fortaleces el intelecto y lo llenas con los poderes espirituales de discernir, de decidir y de la introversión, te darás cuenta de que puedes ejercer una influencia positiva y beneficiosa allí donde estás, además de protegerte de las influencias externas.

He aquí lo que debes hacer para apartarte de un ambiente negativo y crear otro positivo y de poder espiritual:
- Prestar profunda atención a tu verdadera naturaleza. Buscar momentos a lo largo del día en los que hacer una parada en la actividad y reconectar con la esencia del ser, la estrella de luz espiritual en el interior, la estrella de paz y poder que eres.
- Usar el intelecto para aclarar la mente e indagar en ti mismo.
- Profundizar en tu ser y escoger las emociones más puras y elevadas de amor, poder espiritual, alegría o cualquier otra que sea necesaria en esa situación en particular, y conservarla en la mente.

En vez de esperar que las situaciones te brinden siempre un beneficio personal, puedes cambiar tu actitud y mostrarte dispuesto a brindar un beneficio en todas las situaciones. Esta actitud crea un poderoso ambiente espiritual. Cuando hay expectativas siempre existe la posibilidad de la decepción. La actitud de brindar un beneficio significa terminar con la frustración.

La naturaleza innata del alma es la paz. A través de la meditación desarrollas la capacidad de mantener la experiencia de paz durante mucho tiempo, incluso cuando hablas o ejecutas una acción. Esto tiene un efecto natural en el ambiente inmediato, estés donde estés, ya sea una habitación, un ascensor, un autobús o la calle. Finalmente puedes influir de manera positiva en todo tu entorno.

jueves, 1 de noviembre de 2018

Beneficios del pensamiento positivo



¿Por qué deberíamos practicar el pensamiento positivo? Nuestros pensamientos crean nuestro estado global de conciencia. Esto significa que afectan directamente a cómo nos sentimos acerca de nosotros mismos y qué es lo que sentimos en nuestro interior. El auto-respeto es el estado de ser más genuino para cualquier persona. En nuestro estado de auto-respeto somos fuertes, tenemos claridad y discernimiento.

En el auto-respeto somos libres. Como consecuencia nos liberamos de la ansiedad acerca del pasado y del futuro. Generamos hábitos de acción positiva ya que los pensamientos siempre preceden las acciones. El estado de mente positivo y optimista disipa los miedos, preocupaciones, ansiedad y depresión. La mente irradia energía hacia el entorno y así generamos una atmósfera positiva que prepara el camino hacia el silencio interior para uno mismo y para los demás. Generar corrientes de pensamiento positivo también promueve la estabilidad mental, y esto a su vez nos capacita a afrontar con éxito los desafíos de la vida. De esta forma estamos haciendo lo que es necesario para cuidar de nuestra mente. Si somos un buen amigo de nuestra mente, entonces nuestra mente también será un muy buen amigo y nos ayudará en cada aspecto de nuestra vida.

Los pensamientos son provocados por los recuerdos, las impresiones sensoriales y las inquietudes y por ello determinan nuestro estado de ánimo. Lo que pensamos, la manera en que lo pensamos y el nivel de nuestra habilidad para mantener concentración en el tema de pensamiento que hemos seleccionado determinan nuestras experiencias internas.

Nuestros sentidos perciben y registran los fenómenos y eventos externos. Las impresiones son inmediatamente transferidas a la mente. Cómo nos sentimos acerca de ello y cómo interpretamos los eventos determina si los vemos como positivos o negativos. Por sí mismos, los acontecimientos y eventos son neutrales. Les asignamos una connotación positiva o negativa dependiendo de cómo los juzgamos. Si creemos que son positivos, entonces los experimentamos de forma positiva y generaremos sentimientos positivos acerca de ellos. Si pensamos que las situaciones o eventos percibidos son negativos, generaremos pensamientos y sentimientos negativos en respuesta.

Desde una perspectiva de desarrollo personal y espiritual, un enfoque válido de las situaciones, acontecimientos y eventos externos es el de percibirlos como factores integrados en nuestro proceso de aprendizaje. Podemos formularnos la cuestión: ¿Qué beneficio o aprendizaje puedo extraer de esta situación? Y podremos verificar que en cada momento la vida nos ofrece el escenario preciso para nuestro crecimiento y desarrollo. Éste es uno de los beneficios fundamentales de la práctica del pensamiento positivo: aprender a discernir y comprender el beneficio y el aprendizaje, a veces oculto a simple vista, en cada situación de la vida.

Desapego



Desapego es una palabra a menudo poco comprendida. Desapego no significa cortar con nada. No significa alejarse. Significa aprender a separar dos cosas distintas, el mundo exterior y el mundo interior, y ser capaces de diferenciar estos dos mundos.

En el exterior están nuestros trabajos, estudios, economía, relaciones, etc. En el interior están las cosas sutiles que no se pueden medir fácilmente, cosas que no son físicas: nuestros sentimientos, emociones, conciencia y personalidad. Todas estas cosas se generan en nuestro mundo interno, dentro de nuestra propia identidad espiritual. Estos son los ingredientes con los que yo, el observador desapegado, puedo experimentar creativamente en el arte de pensar y puedo usar en el arte de vivir.

Necesitamos fortaleza para permanecer libres de la influencia de los demás. El desapego es esta fortaleza. Si no logramos permanecer desapegados de las influencias no seremos capaces de mantener nuestros pensamientos bajo control. Eso repercutirá en una pérdida de bienestar interno.

El primer paso en el desapego es comprender quién somos como entidad espiritual. Esto nos permite “desapegarnos” de nuestra identidad física y de su mundo de pensamientos y sentimientos limitados, y “apegarnos” en cambio a nuestra personalidad espiritual, el ser interior de paz y poder.

La vida diaria está llena de desafíos a este desapego. Por un lado estará nuestra conciencia espiritual, pero por el otro estará la atracción hacia los seres humanos y el mundo material. El desapego, como se ha mencionado, no significa separarse de éstos, sino permanecer consciente de nosotros mismos como seres espirituales y desempeñar nuestro papel en el mundo. El desapego es, pues, mantenerse centrado en la propia espiritualidad.

sábado, 6 de octubre de 2018

La motivación







La meditación, en forma de reflexión y examen, me ayuda a crear y mantener mi motivación. Para la novedad y la claridad de percepción, de los ideales y de los objetivos, tenemos que dejar de estar tan aferrados a los viejos hábitos, a las viejas maneras de pensar y de ver y, por lo tanto, crear un espacio para algo nuevo e inspirador.

La motivación es una energía positiva interna, una combinación de entusiasmo y percepción clara que nos permite cumplir un cometido.

La motivación nos mantiene decididos y en marcha; de otro modo, es fácil distraerse por los problemas, novedades y ociosidad. ¿Qué hace la motivación? Nos mueve de una realidad a otra, de donde estoy a donde quisiera estar. La motivación se mantiene cuando el sentido de finalidad, de la identidad y la contribución se cumple.

Cuando queremos reactivar nuestra motivación, tenemos que examinar lo siguiente:

¿Qué quiero?
¿Qué deseo?
¿Qué valoro?
¿Qué necesito?
¿Con qué disfruto?
¿Qué entiendo?, y sobre todo,
¿Qué amo?

Cuando nos sentamos a reflexionar en las respuestas a estas preguntas, se convierten en la base para activar nuevos entendimientos y tareas, a los que he olvidado prestar la atención adecuada y no he desarrollado adecuadamente. A lo largo de la vida es necesario, de vez en cuando, dar un paso atrás, volverse silencioso y redefinir, reevaluar y experimentar, una y otra vez, aquello que sabemos, o que creemos saber. Es un ejercicio sencillo, que, si se realiza con sinceridad, estimula la novedad en nuestros pensamientos y en nuestra pauta motivacional.

Por lo tanto, para cambiar o ampliar mi pauta, tengo que 

redefinir 
reexaminar 
reorientar 
reaprender

Entonces se genera frescura, creatividad y calidad.

La motivación lograda depende de tener un objetivo claro. ¿Hasta qué punto creo en mi objetivo? La fe en mi objetivo determina la calidad del esfuerzo y la disposición a aceptar retos. Habrá una renovación lograda de la motivación cuando me dé cuenta de que siempre tengo la oportunidad de ejercer mi capacidad de elegir.

Propósito



Todo tiene un significado y un propósito. Se dice que cuando una mariposa bate sus alas en África, una enorme tormenta se crea cerca de Alaska. Para los ojos ingenuos, los hechos fortuitos pueden parecer carentes de sentido, pero, ¿lo son?

Creemos que cada cual tiene un propósito, aunque puede que requiera años el satisfacerlo. Algunas personas se pasan toda su vida buscando su propósito, mientras que otras viven ignorando su voz interna. Después están las que viven en completa sintonía con la sabiduría de su alma.

De hecho, no se trata tanto de encontrar el propósito como de disminuir la velocidad suficientemente como para reconocerlo y escuchar qué nos dice. Cuando tenemos claridad acerca de nuestras intenciones, límites y compromisos en la acción, entonces se enciende el entusiasmo y el propósito empieza a cobrar vida. De lo contrario, cada acción cotidiana en nuestras vidas parece carente de profundidad y significado. La meditación nos recuerda cómo escuchar, nos permite ir hacia el interior y sentir nuestros pensamientos antes de que le demos a nuestro propósito el aliento vital. A medida que meditamos, esta fértil pausa da nacimiento al significado.

Es importante mantener en mente que sólo debido a que algo parezca carente de sentido no quiere decir que no tenga valor o significado. Es muy fácil enjuiciar, criticar, acusar, condenar, mofarse y restar importancia a aquello que no podemos comprender, pero deberíamos entender profundamente que cuando hacemos esto, es un reflejo de nuestra inmadurez espiritual. Cuando nos detenemos a observar nuestros pensamientos empezamos el viaje de auto-descubrimiento – un viaje que llena cada respiro con significado y propósito.

Estar lleno de propósito y significado significa tener un foco claro, opuesto a sentarse detrás y dejar que las cosas sucedan. Sin embargo cuando reducimos la velocidad y empezamos a escuchar nuestra voz interior, nos alineamos con nuestro propósito y nos volvem
os activos a fin de satisfacerlo y cumplirlo. Añadimos poder y motivación a todo lo que hacemos. Todo, incluso la mínima acción de beber un vaso de agua se llena de una plena conciencia y significado. Así es como realmente empezamos a saciar la sed del alma.

sábado, 15 de septiembre de 2018

Aprender a controlar los pensamientos


Los pensamientos son más poderosos que un cohete. En menos de un segundo uno puede viajar a donde quiera, sentir que está cerca de otra persona o adoptar el estado mental que desee.

Usar pensamientos de forma valiosa crea un buen estado de ánimo, un esquema mental positivo y acciones constructivas. Tales pensamientos se crean en la conciencia del reconocimiento del valor de uno mismo y de los demás. Los pensamientos valiosos incluyen:
• Planificar  para uno mismo (a corto o largo plazo ) o para los demás (para la comunidad u otras formas de servicio).
• Reflexionar o pensar sobre los puntos de aprendizaje recibidos en la conferencia o charla que se ha escuchado recientemente o en un buen libro que se haya leído últimamente.
• Examinarse con un corazón honesto, lo que incluye examinar las intenciones y después cambiar las debilidades e imprecisiones —primero en el pensamiento— como una manera de ensayar algo mejor antes de ponerlo en acción.
• Visualizar  formas de incorporar valores, virtudes o poderes en la actividad cotidiana, y después ¡hacerlo!

Los síntomas de los pensamientos inútiles son sentimientos de angustia, pérdida de felicidad o de bienestar,  una mente perturbada llena de confusión o incapacidad para tomar decisiones precisas.

Pensar una y otra vez sobre una acción desafortunada ya realizada no es una forma correcta de usar el tiempo. Arrepentirse es bueno si se reconoce como el medio de llevar a cabo una transformación. Sin embargo, la transformación del ser debería suceder en el momento en que hay comprensión y reconciliación. Una vez que esto suceda, debería aplicarse rápidamente la justicia hacia uno mismo respecto a si algo fue correcto o erróneo. Después, en un segundo, decidir que no se hará eso y que sí se hará esto otro. El poder de esta decisión debería ofrecer la experiencia de la felicidad del logro para el futuro.

La práctica de pasar el tiempo pensando sobre las debilidades de los demás nos hace descender a las esferas de  influencia de los demás. De esta forma, uno se influye por la carga de pensamientos, en vez de ser el que influye sobre los mismos. Para acabar con la costumbre de habitar en el vacío de las debilidades de los demás hay que pensar sobre las propias virtudes, valores y fortaleza así como en lo que falta en la propia esfera de influencia. ¿Qué virtud personifiqué hoy? ¿Qué fortaleza debería haber experimentado, sobre la que trabajaré mañana? ¿Qué valor demostré? ¿Qué necesita desarrollarse aún?

El poder de controlar los pensamientos comienza con: 
1) el compromiso con la creencia de que uno tiene una habilidad innata para cambiar los pensamientos inútiles en pensamientos valiosos, y 
2) hacerse responsable de los pensamientos, que son las semillas de los sentimi
entos, las palabras y las acciones. 

La práctica de desarrollar el poder de controlar consiste en examinar y cambiar concienzudamente la calidad y la dirección de los pensamientos.

Introversión, paz y silencio


La extroversión es lo que desperdicia nuestra energía y nos hace sentir débiles. En un estado de introversión pensamos menos y hablamos menos. Entonces tenemos la capacidad de poner en la acción lo que sea que pensemos y lo que necesitemos hacer.
La serenidad verdadera no se muestra tanto en la cara como en la profundidad y quietud de la mirada.

Si plantamos un semilla positiva y limpia de pensamientos y nos concentramos en ella, le damos energía al igual que el sol se la da a una semilla plantada en la tierra. Y al igual que la semilla en la tierra despierta, se mueve y empieza a crecer, los pensamientos en los que nos concentramos empiezan a desarrollarse y crecer. Así que sembremos pensamientos positivos. Cada mañana, antes de empezar el viaje del día, sentémonos tranquilamente, en silencio, y sembremos la semilla de la paz. Paz es armonía y equilibrio. Paz es liberación de la carga de negatividad y desperdicio. Hagamos que la paz encuentre su hogar en nuestro interior. La paz es nuestra fortaleza original, la eterna tranquilidad de nuestro ser. 

No debemos darle permiso a la mente para alterarse. Una mente alterada se influencia fácilmente. El precio será perder la paz. Aprendamos a mantener nuestra paz liberándonos de los apegos. Competir o compararse con los demás no nos permitirá enfocarnos hacia el interior. Un enfoque interior nos permite mantener la visión en nuestro ser más elevado. Tenemos que recordar nuestra naturaleza original. Nos permite forjar un vínculo con Dios. Entonces se hace fácil reconocer los pensamientos inútiles y reemplazarlos con una perspectiva espiritual. Una mente calmada no es sólo pacífica, está enfocada, concentrada y llena de buenos deseos y sentimientos puros.

La paz no es una actitud pasiva, es un estado activo. Requiere una atención constante el vivir y responder como un ser pacífico ante cualquier trastorno de la vida. 

La verdadera paz sólo se puede experimentar cuando dejamos de dar y de tomar pesar. A fin de no dar pesar, necesitamos un corazón claro que no tenga sentimientos enfermizos y para no tomar pesar necesitamos un gran corazón que pueda tolerar y ayudar a los demás a superar sus debilidades. Llenemos nuestra mente con paz y buenos sentimientos y así podremos compartir esa experiencia con otros. Permanezcamos llenos de paz internamente y esta paz alcanzará a las personas que amamos y finalmente al mundo entero.
 
Necesitamos aprender a crear silencio en nuestras mentes y entonces la paz florecerá en nuestras almas. Veremos la vida con otros ojos. Descubriremos el idioma de Dios. Para permanecer internamente silencioso necesitamos dejar de pensar demasiado. Confiar en uno mismo. Confiar en los demás. Veremos que es más fácil de lo que parece.

Es cuando calmamos la cháchara en nuestra mente que realmente podemos escuchar qué hay en nuestro corazón y encontrar la pureza calmada y clara que yace en el alma. El amor espiritual nos lleva al silencio de nuestro estado original. Este silencio contiene el poder de crear armonía en todas las relaciones y la dulzura para sustentarlas. Y es cuando experimentamos el silencio interior que podemos dejar que Dios entre en nuestros corazones y mentes y nos llene de amor, fortaleza y paz.

domingo, 2 de septiembre de 2018

Precisión, constancia y disciplina



La precisión no se refiere a hacer las cosas de un modo perfecto o según una norma. Desde el punto de vista espiritual, ser preciso es ante todo ser consciente de la actitud apropiada para crear armonía en las propias relaciones. Si inspiro entusiasmo, fe y confianza en los que me rodean, sean éstos colegas, amigos o familiares, también crece mi propia estima y mi habilidad para hacer que las cosas marchen bien.

Para tener la firmeza de una roca para los demás, necesito pisar suelo firme. Debo saber quién soy y qué tengo para dar a los demás. Esta clase de constancia sólo se logra si tengo la disciplina de recargar mis baterías espirituales día a día. Las primeras horas de la mañana son las más apropiadas para recibir paz y amor de Dios mediante la meditación. Puedo entonces encarar mi jornada con un bagaje de sabiduría y amor, y con la certeza de que siempre estaré preparado para asistir a los demás en sus momentos de necesidad.

Si aprendo a gozar del momento presente y dar lo mejor de mí mismo en cualquier situación, evito llegar a sentirme hastiado de la vida. Cuando mi energía empieza a agotarse, basta con recordarme que debo gozar de cualquier cosa que haga y verter amor en todas mis tareas, para sentirme otra vez pleno de energía.

No hay mayor disciplina que vivir con obediencia a los valores que me son más preciados. Tal vez tenga que sacrificar algo para lograrlo, quizá reconocimiento, dinero o posición social. Pero la recompensa es enorme: respeto por mí mismo, confianza en mí mismo y la capacidad de afrontar las adversidades con coraje y optimismo.

miércoles, 22 de agosto de 2018

EL PRINCIPIO DE OBSERVAR Y NO ABSORBER


Cuando observamos adoptamos una nueva posición mental. En cualquier situación o relación que nos encontremos, observar es una habilidad silenciosa, una habilidad que necesito aprender si quiero percibir con claridad qué cambios positivos son necesarios en una situación o con una persona. Un observador mantiene su mente clara, libre y está abierto a nuevas perspectivas, porque aprende a escuchar y sintonizar para captar la realidad del otro.

Observar nos capacita a ser creativos, productivos, efectivos, ya que hemos dejado un espacio para un entendimiento mejor y verdadero. Si no aprendemos este arte de observar, reaccionamos y nos absorbemos e involucramos en la negatividad de la persona o el evento. Nos perdemos en las arenas movedizas de aquello que es erróneo, y nunca podemos solucionar las cosas. Si absorbemos nos llenamos de emociones negativas. La gravedad del exceso de peso no nos permite elevarnos y percibir la realidad de las cosas, perdemos perspectiva. Si queremos entender, la posición mental de observar nos da el poder de la perspectiva.

Podemos observar a un pájaro y una hormiga; la hormiga siempre está ocupada, tropezando en todo con sus prisas por encontrar comida y guardarla. Sólo puede ver aquello que está enfrente de su nariz. En cambio el pájaro se aleja de la tierra, vuela hacia lo alto, y empieza a ver con perspectiva amplia, en comparación como la veía en el suelo o sobre una rama. Viendo toda la escena tiene la perspectiva del terreno y puede ver donde quiere ir y lo que tiene que hacer. Cuando perdemos perspectiva nos quedamos atrapados en los detalles, nos olvidamos de lo obvio o principal, y no podemos pensar o imaginar acerca de otras realidades.


CONSTRUIR PUENTES Y ELIMINAR LOS MUROS


A continuación vamos a compartir aspectos importantes para construir más puentes y eliminar los muros:

Confianza – Aprende a confiar, porque confiar en uno mismo, en los demás y en la vida abre posibilidades imprevistas. No te preocupes demasiado si te engañan, si el otro no dice la verdad, si, si, si… Deja estos “si” y actúa. Como se suele decir: “Quien nada arriesga, nada gana.”

Fe – Salta por encima de las barreras; no las conviertas en excusas. Si no aceptamos retos, nuestra vida es una vida de “aburrida seguridad” cuyo fundamento está en el miedo a la novedad y al cambio. Puede parecer cómoda y segura, pero es de una seguridad ilusoria, que puede romperse en cualquier momento, de cualquier forma.

Aceptación – Los errores, los contratiempos, los fracasos, las decepciones forman parte del proceso de crecimiento y de conocimiento, y no hay que condenarlos o temerlos. Todo ser humano los ha experimentado o los está experimentando, y los continuará experimentando.

Siempre queda luz – Todas las cosas tienen su significado y, si no ahora, al final, entenderemos ese significado. Es sano para la mente y el cuerpo no cargar con el peso de la exageración y la falta de perspectiva.

La vida es un juego – Conoce las reglas y juégalo bien. Un buen jugador entiende, por eso es tranquilo, tolerante y flexible, no se queda atascado en una jugada, un movimiento u otro jugador durante demasiado tiempo, concede el respeto y la atención debidos, pero sigue adelante. Un buen jugador desempeña en el juego el papel que le corresponde y no intenta desempeñar el de los demás.

Amor propio – Reconozcamos nuestra realidad espiritual como seres humanos con recursos de calidad en su interior que tienen siempre que estar abiertos para usarlos. No necesitamos aceptar falsos apoyos del exterior, como un nombre, fama y elogio. Somos lo que somos por lo que hay en nuestro interior. Nuestro punto de referencia es lo que de eterno y valioso hay en nuestro interior; entonces no puede darse el miedo a ser dañados.

Silencio y perspectiva positiva – Cuando nos damos cuenta de la importancia de estar en silencio y quietud de vez en cuando, entonces nuestra positividad hacia el ser y la vida se reexamina y renueva. De lo contrario, la velocidad e inmensidad de las fuerzas negativas, provengan del ser o de los demás, sin duda nos harán temerosos.

Alejémonos de las presiones de la vida y aprendamos a romper las cadenas del miedo que nos atan y nos impiden progresar espiritualmente.


miércoles, 15 de agosto de 2018

Mejorar las relaciones personales


Desde una perspectiva de progreso y desarrollo espiritual, el enfoque en la relaciones es aceptar a los demás tal y como son y tratar de armonizar con las diferentes personalidades. Es un hecho que las personas, con sus diferentes personalidades, idiosincrasias y caracteres, se convierten en ocasiones en un reto en relación a nuestra propia personalidad e idiosincrasia.

Se vuelve preciso aprender a mantener nuestro auto-respeto y reafirmarnos en nuestros valores y principios y cualidades espirituales, particularmente cuando confrontamos difamación u obstáculos. Es propio de una visión de corto alcance desear las condiciones ideales, porque éstas, aparte de no cumplirse, limitarían nuestro desarrollo y crecimiento. El desarrollo y el cultivo de los valores y la práctica espiritual se producen mejor en las condiciones de adversidad. Algunas estrategias efectivas basadas en la aplicación de los valores espirituales son:

1. Considerar los errores de los demás como los propios.
El ego falso nos hace criticar los errores de los demás y adoptar la actitud de superioridad. Considerar los errores de los demás como propios nos permite una ventaja psicológica sobre nuestras reacciones críticas usuales. Es una práctica común el esconder nuestros errores y dirigir la atención a los errores de los demás para evitar la incomodidad de admitir nuestros propios defectos y nuestra inhabilidad de afrontar la crítica y las correcciones que otros nos puedan hacer. Esta nueva estrategia hace posible que las fuertes reacciones del ego que se manifiestan en críticas hacia los demás se redirijan hacia nosotros mismos y nos permitan alcanzar niveles de comprensión mayores acerca de nuestros propios defectos. Esto a la vez nos hace más sensibles a los sentimientos y la reputación de los demás y nuestro comportamiento se vuelve más humilde.

2. Aquellos que nos insultan son nuestros amigos verdaderos.
Esto es lo opuesto a lo que pensaríamos instintivamente. Esta estrategia revierte nuestra reacción instintiva del ego hacia la crítica y nuestro deseo de escuchar únicamente cumplidos y halagos. Esta técnica corto-circuita nuestra reacción defensiva del ego. Si lo que nos dicen es falso, es necesario mantener nuestra propia dignidad y auto-respeto. Si es verdadero, nos beneficiamos mucho al aceptar comentarios directos y honestos, en lugar de rechazarlos con arrogancia como insultos. Un amigo verdadero es alguien que nos beneficia. Si una verdad magulla o daña nuestro ego falso, esto es útil, porque nuestra meta es liberarnos del falso orgullo y permanecer estables en un estado de verdadero auto-respeto.

3. Permanecer desapegado frente al éxito o al fracaso, la alabanza o la crítica, las situaciones buenas o malas.
Ésta es una estrategia que entraña dificultad porque la conciencia está muy ligada a sus percepciones sensoriales. Con la ayuda de la meditación nos podemos hacer lo suficientemente silenciosos y desapegados como para liberarnos de las ilusiones de la información sensorial. Si nos apoyamos en la alabanza, nos veremos forzados a aceptar la difamación hasta el mismo punto. Para neutralizar esto, debemos practicar el desapego en relación a los éxitos y la alabanza, entonces podremos mantener desapego igualmente cuando afrontemos el fracaso o el rechazo. Este nivel interior de equilibrio, estabilidad y ecuanimidad se describe como el estado final de una práctica espiritual firme y consistente.

sábado, 11 de agosto de 2018

La sabiduría


La sabiduría nos enseña 
que todo lo que ocurre en esta gran obra de teatro 
tiene un profundo significado, aunque
a veces por ignorancia pensemos que la vida 
funciona por casualidades.

Lo que vemos hoy, no es fruto de la casualidad, 
sino de las semillas plantadas en el pasado. 

Sembremos semillas de paz en el presente 
y crearemos una vida de paz para el futuro.

El que tiene sabiduría vive según su propósito. 
Su vida da sentido a todo lo que hace. 

No vive según el reloj, haciendo, 
sino que vive siguiendo su brújula, 
asegurándose de que está en el camino 
que le dirige hacia su destino.

Las circunstancias son como objetos, 
no están vivas, nosotros les damos vida. 

Lo positivo es más poderoso que lo negativo. 
Lo positivo es lo innato, 
lo negativo es simplemente su carencia. 

La luz existe y su ausencia es la oscuridad. 


Nunca olvides que eres un ser espiritual 
que puedes decidir qué actitud tomar ante la vida. 
Tienes un enorme potencial positivo todavía por descubrir. 

Estos pensamientos te ayudarán a afrontar 
cualquier circunstancia de la vida con otra perspectiva.

Estar presente


Habitualmente culpamos a nuestra fortuna cuando las cosas van mal. Nos quejamos de que la vida es injusta, o nos arrepentimos de acciones del pasado que han provocado la situación actual. Sin embargo, pensar demasiado en lo que fue mal en el pasado significa que no podemos experimentar plenamente el presente.

En lugar de maldecir mis acciones del pasado, necesito sacar el máximo provecho del presente. Lo que sea que haga hoy, me beneficiará ahora, así como en el futuro. Necesito prestar atención de forma que lleve a cabo las acciones correctas y pueda crear la mejor fortuna para mí mismo.

Entender la importancia de mis acciones es crear mi propia fortuna

A la vez, cuando celebramos, solemos olvidarnos de nuestras preocupaciones durante un cierto tiempo y disfrutamos de la compañía de las personas que nos rodean. Lo que sucede es que una vez que se acaba la celebración, volvemos a nuestros pensamientos rutinarios. Considerar la celebración como algo temporal significa que con frecuencia no disfrutamos tanto de la vida como deberíamos.

La verdadera celebración significa disfrutar de la belleza y alegría de cada momento. Celebrando cada momento mantendremos el entusiasmo en la vida. Dejaremos de buscar ocasiones especiales para estar felices y en lugar de ello usaremos cada momento de la mejor manera.

Celebrar es disfrutar de cada momento.

martes, 31 de julio de 2018

Determinación en la transformación


Una de las causas principales, sino la principal, de que nuestra transformación interior se demore y los viejos patrones, causantes de nuestro malestar e intranquilidad, sigan afectándonos en la vida, es la falta de determinación y enfoque.

La mente es fácilmente distraída en muchas direcciones. El conocimiento espiritual nos recuerda que nuestra naturaleza verdadera, como seres espirituales, es elevada y digna, nuestra verdadera esencia es de grandeza y autenticidad. Necesitamos permanecer conectados con nuestras cualidades originales y soltar y distanciarnos de todos los hábitos negativos del ego y la conciencia limitada.

Aún así, incluso con las mejores intenciones y a pesar de que de vez en cuando creamos pensamientos llenos de resolución sobre qué queremos eliminar en el ser y qué queremos integrar en nuestra vida, en términos de virtudes y cualidades, la realidad es que con el paso del tiempo, la fuerza de esos pensamientos se va diluyendo.

Un paso fundamental que va a marcar la diferencia es no permitir que la mente esté ociosa, tanto como podamos. Existe un proverbio que reza "Una mente ociosa es el taller del diablo". El significado está claro, cuando la mente no tiene ninguna meta ni objetivo, las innumerables atracciones de los sentidos se apoderan de ella. Las debilidades y dependencias controlan nuestra conciencia. La puerta de entrada es la mente y, específicamente, los pensamientos.

Así que es esencial crear un programa de actividades para nuestra mente. Leer y estudiar textos que estén llenos de conocimiento espiritual, crear espacios en nuestra agenda diaria para reflexionar sobre los mismos, para comprender las leyes espirituales y su aplicación en nuestra vida práctica. Crear tiempo para experimentar con la meditación, con la concentración y la contemplación. Reflexionar sobre los valores y cualidades que queremos ver más presentes en nuestras vidas y qué tenemos que hacer para integrarlos.

Si nuestra mente está constantemente involucrada en nuestra meta y objetivo de transformación espiritual, experimentaremos que los pensamientos se vuelven más poderosos y concentrados, y la mente más luminosa y liviana. A su vez, esto generará sentimientos internos de satisfacción y plenitud. Sentiremos que nos vamos acercando a nuestra meta. La clave es una mente ocupada que cierra las puertas al desperdicio, la distracción y la negatividad.

Las cualidades originales del alma


El alma tiene cinco cualidades primarias; podemos decir que son los colores primarios de nuestra humanidad con los cuales pintamos el cuadro de nuestras vidas. Son las siguientes:

Paz

Es la cualidad original del alma. Paz es serenidad, el estado interior personal de la no violencia. En este estado de paz, yo armonizo con todas las cosas y todas las personas que me rodean. La palabra “shanti” significa paz, y este pensamiento es el que usamos como paso clave en meditación.

Pureza

Un estado de sinceridad y limpieza donde yo soy lo mismo dentro y fuera, sin engañarme a mí mismo ni engañar a los demás. En consecuencia, no cabe artificialidad alguna. La pureza es el estado originario verdadero en el que no se comete ninguna violencia contra los demás, ni puede perpetrarse violencia en contra de mí. Cuando el yo está en su pureza originaria, los demás no pueden dañarlo ni destruirlo, aunque lo intenten, porque hay un aura natural de protección que actúa como barrera invisible. Cuando yo consigo este nivel de pureza, significa que respeto todas las cosas.

Amor

Quizás es la cualidad original más difícil de conseguir porque está muy mezclada con el apego, la posesión y la dependencia, vicios profundamente arraigados que son aceptados como algo normal. A consecuencia de ello, el ser humano encuentra difícil conseguir la verdadera forma del amor puro, que es incondicional. La cualidad de amor significa “cuido”, comparto y, en particular, libero. El amor espiritual nunca crea esa necesidad o dependencia en la que los demás no pueden encontrarse o ser ellos mismos. El amor es el poder y la bendición más grandes del Universo.

Conocimiento

Saber y ser lo que yo soy para siempre y de verdad, y existir en esa conciencia es lo que quiere decir conocimiento. No es saber cosas sobre el alma, la paz, el amor, etc., sino que más bien el saber es ser el alma, ser paz, ser amor. Esta cualidad del saber verdadero se expresa con el pensamiento “soy”, la conciencia original del yo que existe más allá del falso yo del ego.

Felicidad

La felicidad es la expresión natural de la alegría de estar vivo y interactuando con los demás. La felicidad es sólo posible cuando yo me relaciono conmigo mismo y expreso respetuosamente lo que yo soy y permito a los demás compartir lo que yo soy y lo que hago. Yo me relaciono con las personas y con la naturaleza y experimento la satisfacción de la vida humana a través de las relaciones.

Cuando llegamos a ser conscientes de estas cinco cualidades primarias, poco a poco nos damos cuenta de que cada una de ellas tiene muchas características.

Por ejemplo, entendemos que amor no se refiere sólo a un sentimiento especial hacia una o dos personas. El amor espiritual es mucho más grande; quiere decir respeto, tolerancia, perdón, compasión y flexibilidad; hay un sentimiento universal de pertenencia, una sinceridad de corazón, una generosidad de espíritu que lo abraza todo.

Mediante la experiencia del silencio y la meditación nos abrimos a la experiencia de estas cualidades primarias, las reactivamos y así podemos expresarlas y potenciarlas en nuestras acciones, en la práctica. Se hacen entonces presentes y estables en nuestras vidas, llenándonos de su fragancia espiritual y permitiéndonos servir de forma elevada a los demás.

lunes, 4 de junio de 2018

Equilibrio y armonía


La armonía entre el yo y los demás se basa en el acierto de tres aspectos del recuerdo: la capacidad para desconectar, conectar y reconectar.
 
Cuando desconecto mis pensamientos de las influencias de fuera, dando un paso atrás a las acciones y las palabras, entonces puedo entrar en el silencio y conectar con el yo.
 
Para conectar con el yo, uso el pensamiento: Om Shanti. Este pensamiento es la corriente que activa mi fuente eterna de paz y las cualidades que emanan de mi paz. El primer paso en la meditación es siempre conectar con el yo: lo que llamamos el paso al interior.
 
El siguiente paso en meditación es vertical, en el que, en un segundo, mi concentración conecta mi mente con la Fuente Suprema de Paz.
 
El silencio y el amor dan a la mente alas para evadir la fuerza de la gravedad y volar y unirse con Él, el punto más puro de energía del universo. Esta conexión vertical desde el punto del yo, el alma, hasta el punto del universo, el Alma Suprema, da a la mente energía nueva y fresca. Esta energía fresca es poder divino y espiritual y no puede encontrarse en un ser humano ni recibirlo de él. Por lo tanto, si yo deseo recargarme a mí mismo, para redescubrir y restaurar el equilibrio y armonía originales de mí mismo, el segundo movimiento que hará mi mente debe ser vertical.
 
Hoy en día, cuando el ser humano busca amor, sentido y objetivos, se conecta en primer lugar horizontalmente en vez de verticalmente. Eso lleva a una mayor pérdida de energía y, finalmente, a la insatisfacción y al vacío. La conexión vertical libera al yo de convertirse en dependiente de alguien más y de tener demasiadas expectativas.
 
Después de la conexión vertical, puede haber la conexión horizontal con los demás, es decir, con lo externo.

El movimiento horizontal puede llamarse “reconexión”. Cuando hemos dado los otros dos pasos (primero hacia dentro y luego hacia arriba), reconectamos con los demás sobre la base de la apertura y el compartir, en vez de basarnos en el egoísmo y el deseo. En este punto, hay una verdadera relación que es respetuosa y equilibrada, más que una relación de desear, agarrar o explotar. Hemos llegado a entender que si estamos bien con nosotros mismos, estaremos bien con los demás.

Estos tres puntos de conexión son necesarios para una buena salud emocional y espiritual.
 
Si sólo estoy conectado con el interior, existe un gran peligro de arrogancia y de perderme en mí mismo. Si sólo estoy conectado con la Fuente Suprema con poca referencia a mí mismo o los demás, existe el peligro de volverse rígido, fanático y poco realista. Si estoy demasiado centrado en los demás, entonces se crea una dependencia, que acaba en conflicto y desacuerdo. Lo último es un resultado inevitable de un exceso de atención a las relaciones con los demás, pensando que mi felicidad y el sentido de la vida me lo van a dar ellos.
 
Si de verdad quiero reconectar con el mundo exterior, sólo puedo hacerlo eficazmente partiendo del punto estratégico de la conexión con el yo y con el Único.
 
Estos tres puntos de conexión pueden ser representados en forma de un triángulo con el yo como un punto, después el movimiento vertical ascendente hacia el Punto Supremo.
 
Después la conexión horizontal con los demás.
 
Los demás necesitan tener su propia conexión independiente y personal con el Punto Supremo para revitalizar y renovar su propia conciencia. De esta manera, el triángulo de energía armoniosa se completa:

Estos tres puntos tienen que estar equidistantes, no tiene que predominar más uno que el otro. El “triángulo equidistante” en la matemática antigua era el símbolo de la armonía. La armonía, la paz, el orden y el equilibrio son lo natural en la vida humana y, si deseamos regresar a esa condición, necesitamos darnos cuenta de la importancia de las relaciones equidistantes, lo cual requiere una constante atención en mantener los tres puntos en equilibrio y en funcionamiento. En cambio, si estamos demasiado centrados en alguna de los tres, nos volvemos inflexibles. Esta inflexibilidad nos causa un desequilibrio y la consecuencia es desarmonía y desunión, a las que también podemos llamar “violencia”, una condición no natural o incluso un infierno cuando alcanza un punto extremo.

Para mantener el equilibrio entre los tres aspectos, necesito silencio: tiempo de introspección en el que puedo analizar el flujo de mis relaciones. Este mecanismo de análisis protege, sostiene y desarrolla las cualidades de estos tres puntos.

Eres un ser de paz


Tus pensamientos te llevan a tu destino. Pregúntate: Si piensas siempre lo mismo, siempre llegarás al mismo lugar. ¿Qué es lo más importante en mi vida? 
Piensa de una forma nueva y te convertirás en una nueva persona. 
Ponlo como prioridad y verás que muchas otras cosas se resolverán por sí solas.
Da felicidad a los demás y vivirás en paz.

Crea paz en tu mente y crearás un mundo de paz a tu alrededor. No dejes lo importante para el final, ya que entonces se hará urgente y perderás el valioso tesoro de la paz. No te preocupes por el futuro, no lo conoces. Aprende a vivir el presente y descubre cuan lleno está de momentos de paz.

Ganas el juego cuando...

• Recuerdas tu verdadera identidad de paz, 
• Recuerdas a Aquél que siempre está en paz y que te ama incondicionalmente.
• Olvidas las dificultades del pasado y sigues avanzando habiendo aprendido la lección del pasado. 

Observa lo que recuerdas durante el día y lo que olvidas durante el día.
El teatro de la vida tiene su propio guión.
Cada instante es único.
Vive cada momento como si fuera el más importante de todos.
Disfrutarás y te sentirás en paz.
Descubre tu espíritu y el tesoro que en él habita.
Tu espíritu está lleno de paz.
Tu espíritu es paz.

domingo, 20 de mayo de 2018

Paz en la actitud


La forma más poderosa de aprendizaje es a través del ejemplo, lo que ves a través de los ojos crea un gran impacto.

El corazón lo acepta y no necesita de muchas palabras. 

No puedes imponer la paz a través de la fuerza, pero puedes estar en paz y crear un ambiente de paz. 

Cualquier cosa que guardes dentro de ti saldrá automáticamente.

Asegúrate, entonces, de estar siempre lleno de logros en tu carácter.
Estos se manifestarán a través de tus ojos, de tus palabras, de tu comportamiento y entonces serás capaz de tener gran influencia sobre los demás. 

La paz no es una actitud pasiva, es un estado activo.

Es tener la determinación y la atención constante para vivir y responder como un ser de paz ante cualquier violencia que te presente la vida. 

Supone ser valiente y estar alerta.
 
Tu actitud crea un ambiente a tu alrededor.

La actitud viene determinada por tu manera de pensar y de sentir.

Te comunicas a través de la actitud.

Crea una actitud positiva, llena de buenos sentimientos, y tan solo tu presencia hará maravillas.

Progreso espiritual


Si deseas progresar, no es suficiente sólo pensar acerca de ello. El pensamiento es importante, es la semilla, pero tiene que haber determinación. La determinación es el agua que riega la semilla y se ha de aplicar con constancia y perseverancia.

Si deseas progresar, no es suficiente hablar de algo hermoso, de la imagen que albergas acerca de tus ideales. Tiene que haber determinación, porque la determinación es lo que tomará esa imagen de la mente y la pondrá en la acción.

Si deseas progresar, actúa en silencio, no hables demasiado acerca de tus planes. Háblale a tu mente cada día, y aliméntala con pensamientos puros y positivos, pensamientos que la llenen de luz y de fortaleza.

Si deseas progresar, es hora de dejar de huir, de estar asustado. Es tiempo de afrontar todo lo que has de cambiar en ti y tener fe, no sólo en Dios, sino también en ti mismo. Tienes que asumir que eres el creador de tu propio destino y todas las implicaciones y responsabilidades que ello conlleva. Asumir tu dignidad original y actuar de acuerdo a ello.

Si deseas progresar, recuerda… porque en la memoria residen las respuestas, las pistas correctas. Porque dentro de ti existe un enorme potencial que anhela despertar y ser usado.

Este potencial te está llamando y es por ello que deseas progresar.

viernes, 4 de mayo de 2018

Paciencia


La paciencia es una virtud y también un poder. La paciencia nos dice que el viaje de miles de millas empieza con un simple paso y que alcanzaremos el destino paso a paso, uno cada vez. La paciencia nos enseña a evitar las prisas. Entendiendo que hay una razón y un momento para todo, eso nos capacita a sonreír ante los desafíos de la vida, dándonos cuenta de que en realidad existe una respuesta a cada situación. Y, aunque no podamos verla, tenemos el reconocimiento de que en cada crisis se esconde una oportunidad. 
 
Con paciencia aprendemos a discernir y encontrar todo lo valioso y positivo en cada persona. Aquello de lo que podemos aprender y que siempre nos ayudará a fortalecer nuestra visión y relación con los demás. 
 
Con paciencia aprendemos a descartar el hábito de ser duros y ásperos con nosotros mismos, lo cual nos causa olas sutiles de pesar. En lugar de ello desarrollamos la virtud de hablarnos a nosotros mismos pacientemente, suavemente, como haríamos con un niño. Desde ese espacio de paciencia se hace más fácil tolerar, perdonar y cambiar. Y un principio espiritual muy sencillo nos enseña que aquello que no sabemos darnos a nosotros mismos, no podremos darlo a los demás. De modo que aprender a enseñarnos y corregirnos con paciencia, se convierte en la base para desarrollar esa misma actitud con los demás. 
 
Una madre enseña a su hijo con amor y paciencia hasta que el niño aprende. Sé una madre y enséñale a tu mente a tener pensamientos positivos y a soltar las preocupaciones. Entonces, cuando tu mente necesite calmarse, te obedecerá.