Los pensamientos puros son
pensamientos del ser eterno. Tales pensamientos nos conectan siempre con
el estado natural y original de paz, felicidad y pureza del alma.
En
relación a los demás, los pensamientos puros nunca se basan en su
personalidad externa y limitada, siempre mantendrán la visión de su
naturaleza espiritual y sus cualidades. Los pensamientos puros no
tendrán nunca ningún componente de rechazo, juicio, venganza o envidia.
Su base será siempre la energía del amor y eso incluye empatía,
comprensión, compasión y especialmente buenos deseos.
Así, cuando
nuestra mente opera desde los pensamientos puros, la experiencia
práctica será un sentimiento de liviandad y fluidez, es como si fluimos a
través de las escenas de la vida sin dejar rastro y sin que esas
escenas dejen rastro en nuestra conciencia. A este estado se le describe
también como el estado angelical.
Desde una mente que está
funcionando en base a pensamientos puros y elevados, la conexión con el
ser supremo es natural y fácil, ya que entramos en sintonía con la misma
calidad elevada de vibraciones espirituales. A través de esta conexión,
el alma se llena de un caudal ilimitado de amor, paz y felicidad.
Los
pensamientos puros y elevados son una protección para el ser. Hacen
nuestra mente fuerte, estable y poderosa y nos protegen de las
vibraciones e influencias negativas.
Así, tenemos que hacernos
más conscientes del valor, el poder y la influencia de los pensamientos
puros y elevados y, tanto como podamos, nutrirlos y sustentarlos en
nuestra mente a lo largo del día.
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