Para entender qué es la verdadera
libertad, tenemos que entender qué es lo que genera el sentimiento de
esclavitud. No se trata de limitaciones físicas. Se trata de actitudes,
creencias, hábitos y características de la propia personalidad que nos
hacen sentir el peso de las situaciones.
Hay esclavitudes creadas a través de la mala convivencia con los demás en el pasado.
Hay esclavitudes relacionadas con las expectativas de los demás, la familia, la sociedad.
Hay esclavitudes debidas a la atmósfera de confusión generalizada que existe en el mundo a nuestro alrededor.
Hay esclavitudes debidas a las propias debilidades internas.
Estos
cuatro tipos de presión reprimen el sentimiento de ser libre. Las
esclavitudes se adquieren. No forman parte de la naturaleza original del
ser.
Mediante el conocimiento sobre la naturaleza real de las
esclavitudes, podemos disminuir su efecto de forma considerable. A ello
se añade el poder que la meditación nos da. De esta manera podemos
empezar a disfrutar de nuestra libertad verdadera: la espiritual.
Esta
reconquista interna se denomina auto-soberanía. Ahora tenemos libertad
para ser lo que siempre hemos deseado ser: pacíficos, alegres,
bienintencionados, amables. Es precisamente esta nueva naturaleza que
aflora lo que nos permite ganarnos los corazones de los demás.
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