La felicidad espiritual que
desarrollamos al experimentar la consciencia del alma y la relación con
el Alma Suprema es única e invalorable.
¿Por qué desaparece la
felicidad espiritual? Una de las principales causas está conectada con
los deseos limitados. Tenemos que ser conscientes de que si tenemos
incluso un deseo en la mente, éste dará nacimiento a muchos otros. Un
deseo es satisfecho y otro surge inmediatamente. Una mente llena de
deseos es una mente intranquila que no conoce el descanso. Una mente
calmada y satisfecha es el contenedor seguro de la felicidad espiritual.
Otro
aspecto que hace que perdamos la felicidad es la crítica y la
difamación. Absorber la crítica o la difamación que otros puedan hacer
de mí significa entregarles mi felicidad a ellos. Es como renunciar a mi
verdadera propiedad. Tenemos que ser conscientes de que no hay mejor
nutrición para el alma que la felicidad. Por ello es importante
considerar prioritario el preservar y mantener nuestra felicidad
espiritual, uno de nuestros tesoros más elevados.
La felicidad
también desaparece cuando nos involucramos en pensar acerca de personas y
situaciones. Si nuestra mente se absorbe en los pensamientos de
situaciones externas, se hace muy difícil permanecer conectados con
nuestra esencia, con nuestro ser verdadero y por supuesto, con Dios, el
Alma Suprema. Debido a ello, la experiencia de la felicidad espiritual
se diluye en medio de tantos pensamientos inútiles e innecesarios.
Sólo
Dios, de hecho, nos puede dar la calidad de felicidad que sustenta y
conforta nuestro corazón. Otras personas y las situaciones nos pueden
proporcionar solamente felicidad pasajera.
Si aprendemos a tomar de Dios esta felicidad de la calidad más elevada podremos permanecer constantemente felices.
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